La pandemia se llevó por delante a la taberna O Faiado, pero Carlos Díaz Pereiro ha llegado para salvarla. El también responsable de Studio54 reabrirá el local en agosto, manteniendo "la misma esencia" de los últimos 17 años. "Siempre le decía a Jose -anterior dueño-, medio en broma y medio en serio, que se acordase de mí cuando lo dejase", confiesa.

Cliente habitual de O Faiado, Díaz siempre sintió admiración por esta taberna. "No hay otro local igual en la ciudad, y lo que es exclusivo siempre llama la atención", opina el hostelero. Su sueño de hacerse cargo de este establecimiento ubicado en el número 3 de la avenida del Ferrocarril empezó a ser una realidad en el confinamiento. "Leí en la prensa que el propietario dudaba si volver a abrir", recuerda.

Cuando las terrazas ya empezaban a llenarse y los bares iban recuperando, poco a poco, su actividad, la verja de O Faiado seguía cerrada. "En junio llamé a Jose para reservar una mesa y ya me dijo que no volvería a abrir", cuenta.

Así, entre conversaciones y planes, se hizo con la taberna. "Como nos conocíamos de antes, no hubo problema para llegar a un acuerdo. Creo que puedo cuidarlo tan bien como él", asegura Carlos Díaz.

O Faiado volverá a llenarse de clientes en agosto y apenas se notará la diferencia con hace unos meses. "No voy a tocar ni una chincheta de la pared y las fotos seguirán en su sitio. Misma gente, misma esencia y hasta mismo camarero", resume.

Sí habrá una novedad: el horario. Antes, este local solo abría jueves y viernes, pero Carlos Díaz quiere darle protagonismo durante todo el fin de semana. "En principio abriré también los sábados y mi idea, depende de como vaya, es hacer una sesión vermú el domingo con música y callos", desvela.

Es muy diferente a lo que está acostumbrado en Studio54, pero le ayuda la tradición familiar. "Mi madre tuvo una bodega en Labañou durante 20 años y yo, con 15, ya estaba allí poniendo callos. No va a ser algo nuevo para mí", señala.

Otro tema a tener en cuenta es el aforo, más reducido que antes en esta nueva normalidad. "Eso hay que seguirlo a rajatabla. Ya no solo porque lo manden las autoridades, sino por ética. Tendremos que dejar alguna mesa vacía y los clientes, cuando no consuman, tendrán que tener la mascarilla puesta", informa, aunque recuerda que esto "no va a ser para toda la vida", por lo que O Faiado volverá a llenarse. Como siempre.