El brillo y el olor a cuero de los dorados años 50 se hace patente con Mad Martin Trío, un grupo decidido a mirar a Cash donde otros observan a Rosalía. La banda, liderada por Martín Esturao, abrirá mañana a las 21.30 horas el ciclo Into The Night del Playa Club, donde ofrecerán un concierto junto a True Mountains.

Lo de Mad Martin sugiere que su historia esconde más de una temeridad.

Pues sí. Yo antes de tener esta banda tenía una que se llamaba Doctor Gringo, y tuvo cierto éxito. Hicimos una gira en Suecia y el chico que nos llevó fue el que me puso lo de Mad Martin por las cosas que hacía en el escenario. En nuestros conciertos acaba todo el mundo bailando sí o sí, es por eso.

Los empezó a dar aquí, aunque creció en Londres, ¿qué parte de su esencia musical emigró con usted?

Cuando me vine ya era un mocito, y venía con algunos discos que tardaron en llegar aquí. Además, tuve la suerte de que mi madre trabajaba en la casa de una actriz muy famosa [Britt Ekland] y nos criamos prácticamente en su casa. Recuerdo el rollo del artisteo, los músicos que entraban y salían, la cantidad de música que nos trajimos de allí?

¿Le chocó la escena que encontró en España?

Cuando llegué era un buen momento, porque para un adolescente España en los 80 era una locura. En aquel momento, aunque echaba de menos muchas cosas, no me arrepentí nada de venirme aquí, porque era una fiesta continua. Que si la Movida?

La época dorada?

Sí. Que conste que ahora todo se idealiza, y los que estábamos en ciudades del extrarradio lo teníamos mucho más complicado. Pero, aun así, fue una época bonita y muy libre.

Desde entonces ha estado en al menos cinco bandas, ¿Mad Martin Trío es la definitiva?

Yo creo que a estas alturas sí. Aunque los que somos culos inquietos siempre estamos haciendo alguna cosa. Ahora estoy empezando a ensayar con una banda más country. Se ve que me voy haciendo mayor (ríe).

En 2015 decían con su álbum que era tiempo de volverse locos [Time to go Mad

Con esto del confinamiento? ¿Qué me sugiere la nueva realidad? Pues hay una canción de Frank Sinatra que se llama The world we knew (ríe). Es así como un poco apocalíptica, y es lo que me sugiere todo esto. Pero no nos queda otra que tirar para adelante. Este concierto que vamos a hacer en el Playa, por ejemplo, supone repetir, porque cuando presentamos el último disco en 2018 hicimos una minigira con True Mountains y fue estupendo.

Fue aquel Tornado, un vinilo grabado en analógico, producido con crowdfunding? Todo lo contrario al Tornadocrowdfundingmainstream

Sí, totalmente. Es un disco casi artesano, un capricho. Fabricar un vinilo no sale mucho a cuenta, porque la música hoy en día ya es Spotify.

Decían los Hound Dogs que el rock de los 50 se encuentra actualmente en horas bajas. ¿Los jóvenes ya no miran a Jonnhy Cash?

Hay muchas lecturas. Por un lado, está en horas bajas porque cada vez hay menos sitios en los que tocar, pero, por otra parte, nunca jamás en la historia del rock español ha habido tal cantidad de bandas. ¿Qué es lo que pasa? Que no llegamos al mainstream porque hay otras cosas, está Rosalía. Ha cambiado la manera de difundir la música. Pero la crisis más gorda es que no tenemos relevo generacional. Tocar en Suecia, por ejemplo, es una maravilla, porque ves chavales de 17 años bailando. Aquí, quitando alguna excepción, la mayoría de festivales de nuestro estilo parecen geriátricos.