No hay queja para el verano coruñés. Aunque hay días en que el sol tarda en aparecer entre la niebla, siempre hay un momento para ir a la playa a tomar el sol, darse un baño o, simplemente, descansar en la toalla. Estos días, el arenal de Oza tiene unos visitantes de excepción. Los patos que habitan en el estanque del parque de Eirís aprovechan la proximidad para acercarse hasta esta playa y darse un chapuzón. Llaman la atención, como no puede ser de otra manera, de bañistas y viandantes que se encuentran en el lugar. Pero es su forma de darse un paseo por la ciudad y refrescarse con agua salada. Después, vuelven a su hogar.