El polígono de As Percebeiras, cuyo primer proyecto fue presentado en 2002, vuelve a la actualidad con la presentación de una nueva propuesta de plan especial por parte de los promotores, liderados por la inmobiliaria Metrovacesa, que será aprobada hoy por la Junta de Gobierno Local para su sometimiento al trámite autonómico de evaluación ambiental. La iniciativa reduce la edificabilidad residencial y las alturas de los inmuebles proyectados con respecto al plan elaborado en 2017, pero aún plantea la construcción de dos bloques que superan las ocho plantas que fija el plan general para estos terrenos, que solo pueden superarse si se justifican de forma adecuada. Uno tendrá catorce plantas y otro, once.

Ese aspecto fue precisamente la razón por la que el anterior Gobierno local y la Xunta rechazaron hace tres años el plan presentado entonces, que proponía la construcción de tres torres de 16 plantas y otras tres de 13, 11 y 9 pisos respectivamente. Los promotores trataron de justificar este diseño por la necesidad de concentrar la edificabilidad en altura para hacer posible la visión del mar y la Torre de Hércules y evitar que los inmuebles formaran una pantalla con relación a la línea de costa, pero sus argumentos no convencieron a las administraciones autonómica y municipal.

Con una superficie de 44.000 metros cuadrados, de los que Metrovacesa posee 29.000, el ámbito está situado entre la avenida de Labañou, el grupo de viviendas María Pita y el paseo marítimo, en la zona del Millenium. El nuevo proyecto comienza casi de cero al haber caducado la vigencia del anterior. Prevé la distribución en el polígono de ocho edificios de ocho plantas, uno de once y otro de catorce, así como otros dos, de cuatro y tres alturas, en las proximidades del grupo María Pita. Esas alturas incluyen bajo y las plantas de viviendas. Salvo los dos más pequeños, todos los inmuebles cuentan, además, con bajocubierta. Los de mayor tamaño se ubicarán en la parte más alta del polígono, en el borde con la avenida de Labañou y a la altura de la plaza de Torrente Ballester por un lado y del antiguo refugio de Padre Rubinos por el otro.

Los promotores prevén ejecutar 55.761 de los 60.000 metros cuadrados de edificabilidad que concede a este sector el plan general. 46.336 serán dedicados a 371 viviendas, el 40% de ellas de protección oficial de acuerdo con las exigencias del plan general, y el resto, a superficie comercial. El plan incluye además la construcción de un aparcamiento público con 358 plazas.

Tras el fracaso del proyecto de 2017, los promotores iniciaron conversaciones con el Gobierno local de Marea Atlántica con el fin de alcanzar un consenso, ya que se les exigía una reducción de la edificabilidad y las alturas. Desde entonces se sucedieron varias propuestas de los empresarios a las que el Ejecutivo municipal, primero de Marea y desde junio de 2019 del PSOE, planteó objeciones hasta que el pasado mes de junio recibieron el visto bueno de los responsables de Urbanismo. El proyecto, denominado oficialmente Plan Especial de Labañou, será aprobado hoy por el Gobierno local, pero tendrá que serlo también por la Xunta, puesto que precisa de una Evaluación Ambiental Estratégica, en la que, entre otros aspectos, se analizará su proximidad a la costa y su impacto visual sobre la Torre.

Los promotores explican que la ordenación se ciñe al plan general y a las "condiciones para el mantenimiento de las visuales con la Torre de Hércules". Sobre el edificio de mayor tamaño, que agrupa dos torres de 10 y 13 plantas, para justificar que supere las ocho plantas, exponen que genera "un espacio público hacia la avenida de Labañou que permite ampliar las relaciones visuales y reforzar la continuidad con la plaza abierta bajo rasante".

Al calificarlo de "edificación singular", el proyecto considera que "no es motivo para considerar que es la estrategia predominante", ya que estima que desde la Torre de Hércules el nuevo polígono se situará "siempre bajo el perfil de la ciudad construida, sin exceder en momento alguno su altura, ni restando protagonismo a las torres características de la zona". También detalla que la propuesta de ordenación "se integra en el perfil de la ciudad sin excesos, ni contrastes y siempre por debajo de los bordes físicos que constituye la ciudad y su entorno".

En el documento municipal más reciente que figura en el expediente de esta actuación, fechado el pasado febrero y referido a una propuesta previa de los promotores, el departamento de Planeamiento cuestionaba que la distribución prevista para los edificios permitiera las vistas al mar desde la plaza de Torrente Ballester, pero que esas ordenaciones "no siguen la premisa" establecida en el plan general para esta zona "de permitir las vistas de la Torre de Hércules desde la avenida de Labañou," circunstancia que señalaba que era comprobable en la documentación gráfica que aportaba el proyecto, por lo que advertía de que esta cuestión debía ser justificada en el proyecto.