El largo proceso para adjudicar el contrato del servicio de recogida de la basura, iniciado hace justo dos años, paralizado por primera vez el verano pasado y resuelto desde febrero de este año a favor de la empresa Cespa Ferrovial, sufre una nueva incidencia administrativa que devuelve el procedimiento a la fase de valoración de ofertas. La Junta de Gobierno Local aprobará hoy cumplir la resolución del Tribunal Administrativo de Contratación de Galicia (Tacgal) que estima en parte sendos recursos presentados por dos licitadores, las UTE Valoriza-Arias Infraestructuras y Copasa-Geseco-Setect Building, y concluye la retroacción del expediente al acto de valoración de las propuestas.

El Gobierno municipal aprobó a comienzos de año la adjudicación del contrato de la basura a Cespa por 11,5 millones de euros en cada uno de los ocho años de vigencia. En septiembre de 2019 el proceso ya lo había frenado el Tacgal sin llegar a formalizarse la adjudicación previa que había correspondido a la UTE FCC-Ingeser Atlántica, debido a recursos de Copasa y Cespa -segunda y tercera en el concurso- en los que denunciaron incumplimientos de los requisitos de la licitación.

Ahora la resolución del Tacgal, del pasado mes de junio, anula por una parte la exclusión de Valoriza en la licitación del lote de contenerización, recogida y transporte de residuos urbanos por contener su oferta económica un supuesto error insubsanable. El fallo del tribunal, advierte en su resolución, invalida también la exclusión de Copasa en el proceso y obliga al órgano de contratación municipal a examinar de nuevo si los vehículos ofertados por esta empresa cumplen las condiciones recogidas en los pliegos de contratación.

El motivo de la exclusión de Copasa a comienzos de año fue que proponía unos camiones para la recogida de basura en la zona céntrica de máxima concentración hostelera con una capacidad mayor que la recogida por los pliegos del concurso, tres metros cúbicos, aspecto sobre el que advirtió otra de las licitadoras, Cespa. El Tacgal obliga ahora a "analizar fundada y motivadamente" si los vehículos ofertados por Copasa tienen o no unas dimensiones "iguales o inferiores al recolector de tres metros cúbicos" para, a continuación, "adoptar la decisión conclusiva".

El servicio de recogida de residuos urbanos se presta en los últimos tres años sin estar respaldado por su respectivo contrato. Cespa es la concesionaria desde 2008 y se presentó al concurso iniciado en el verano de 2018, durante el mandato de Marea Atlántica. Un año después, el Gobierno local socialista aprobó la adjudicación a FCC-Ingeser, la aspirante mejor puntuada por delante de Copasa y Cespa, que acudieron a los tribunales para denunciar irregularidades, motivo por el que el procedimiento quedó paralizado. La primera empresa alertó de que FCC-Ingeser había ofertado unas parcelas en la carretera de San Pedro de Visma a Mazaído no viables urbanísticamente para la ubicación de las instalaciones exigidas para ejecutar el servicio, al no tener la consideración de suelo urbano; la segunda firma denunció un incumplimiento de prescripciones técnicas.

El proceso se retomó a finales del año pasado y en febrero de 2020 Cespa, con la tercera mejor puntuación, fue la empresa escogida para realizar un servicio del que ya era concesionaria por ser la única que cumplía las condiciones del concurso y las demás habían sido excluidas. La empresa incorporó en su oferta mejoras como un servicio de recogida de restos de poda y jardinería en parcelas privadas, un servicio de compostaje individual y comunitario, 37 vehículos nuevos eléctricos o de gas natural, sensores en camiones y contenedores de vidrio, un refuerzo del servicio puerta a puerta en zonas hosteleras y la creación de una brigada cívica para formar e informar a la población.

De la recogida de basuras depende otro importante contrato, el de la contenerización de los residuos urbanos, cuya concesión tendrá la UTE Atlántica (integrada por las empresas Valoriza, Sulo Ibérica y Arias Infraestructuras). El Concello trabaja desde comienzos de año en el diseño de un mapa para definir la colocación progresiva de los nuevos contenedores, un total de 12.000.