La política aplicada por el Gobierno local en O Portiño para paralizar el proyecto de urbanización que está proyectado en ese lugar con el fin de proteger el litoral puede tener su continuidad en el tramo que va de As Xubias hasta A Pasaxe si cristalizan las negociaciones que mantiene en este sentido con la Demarcación de Costas. El objetivo de los responsables municipales es alcanzar un acuerdo que limite las posibilidades de edificación en un sector costero especialmente sensible y en el que plan general autoriza la construcción en varios puntos, entre los que destacan el solar donde el pasado se ubicó Astilleros Valiña y el relleno de la ría situado junto al puente de A Pasaxe.

Toda esta zona está regulada por una normativa urbanística anterior al plan general de 2013, ya que el Concello aprobó en 2008 una modificación del de 1998 que decidió introducir en el siguiente mediante la figura del Área de Planeamiento Incorporado Ría do Burgo. En ese sector, que se extiende desde la playa de Oza hasta el límite con Culleredo en Fonteculler, figura la parcela de Astilleros Valiña, en el que desde 2005 los sucesivos propietarios del terreno han intentado poner en marcha un edificio que contaría con unas vistas privilegiadas a la ría.

El Gobierno local socialista mantuvo hacia este proyecto desde su llegada al poder la misma política que siguió Marea Atlántica durante su mandato, ya que intentó convencer a los propietarios de los terrenos, 13.434 metros cuadrados sobre los que pueden edificarse 13.750, para que reduzcan ese volumen y lo alejen del borde costero.

Esa proximidad al mar del solar, que dista solo unos metros del cantil del antiguo astillero -donde ahora se encuentra una nave de la Sociedad Deportiva Xubias y se instalará en breve la base náutica municipal- es precisamente uno de los problemas que tiene el proyecto, ya que Costas debe establecer el deslinde del dominio público marítimo terrestre en ese lugar, donde está previsto que además se construya un tramo de paseo, lo que alejaría al edificio proyectado del borde del mar.

La iniciativa para construir en el antiguo astillero permaneció hibernado durante la crisis del sector inmobiliario, que incluso obligó al anterior propietario de los terrenos, la empresa Isoman, a deshacerse de ellos para hacer frente a sus deudas. Con el fin de la recesión, los nuevos titulares del solar iniciaron en 2018 conversaciones con el Gobierno local de Marea Atlántica, que les transmitió su interés en que la edificación se distanciase lo máximo posible de la costa, por lo que presentaron varias alternativas al Concello con el fin de obtener su visto bueno.

El cambio de gobierno en el Palacio Municipal no implicó cambios sobre este proyecto, que podría verse truncado o reducido de una forma drástica en función del resultado de las conversaciones entre Concello y Costas. El primer diseño para la finca de Astilleros Valiña se presentó en 2005, el mismo año en que esa instalación industrial cesó su actividad allí. Consistía en un inmueble de ocho plantas que fue rechazado por el Ejecutivo municipal socialista, que obligó a fragmentarlo y a reducirlo a cinco y siete alturas. La iniciativa cuenta con la oposición frontal de la asociación de vecinos A Gaiteira-Os Castros, que teme que la construcción en ese punto reduzca las horas de sol en la playa de Oza, cuya ampliación reclama además por delante del frente de esa parcela.

Otro punto al que pueden afectar las conversaciones con la Demarcación de Costas es el polígono residencial previsto en el entorno del relleno de la ría al pie del puente de A Pasaxe. El Concello preveía a comienzos de este siglo una importante actuación en esos terrenos, ganados al mar en 1933 y ocupados desde entonces por diferentes empresas, pero en 2007 Costas aprobó un deslinde que redujo de forma muy notable la posibilidad de edificar, ya que 41.000 metros cuadrados de esos terrenos quedaron en manos del Estado.

Fue necesario efectuar un cambio del planeamiento de 1998 que hizo de que de los 18 edificios proyectados inicialmente tan solo pudieran levantarse tres y con un máximo de seis plantas, todos ellos además junto al puente sobre la ría. La superficie que pasará a ser dominio público marítimo-terrestre, en la que aún permanecen algunas empresas y una veintena de familias que residen en chabolas, debe convertirse en zona verde, paseo marítimo y equipamientos públicos.

En ese relleno estaban proyectados en un primer momento nueve edificios con entre tres y seis plantas alrededor de un gran espacio libre, pero la eliminación de 26.000 metros cuadrados de edificabilidad por el deslinde de Costas hizo imposible su construcción.

El polígono constaba de otros nueve inmuebles que quedaron finalmente reducidos a tres, aunque todos mantendrán sus vistas a la ría. Los cambios no perjudicaron sin embargo a los terrenos situados entre la vía del ferrocarril y la avenida de Pasaxe donde se autorizaban trece edificios con ocho plantas, ya que la mayor parte de la edificabilidad del sector se ubicó en este punto.