El arenal australiano de Bunker Bay es uno de los mejores puntos para surfear. Pero su popularidad quizá descienda desde ayer, cuando un tiburón de unos cinco metros atacó a uno de los deportistas que cazaba olas con su tabla. El escualo mordió primero la madera, y luego la pierna de la víctima, que fue rescatada por dos testigos. Con ellos estaba Pedro Montero, coruñés del Orzán, que presenció el ataque a unos veinte metros de donde se encontraba surfeando.

"No vi al tiburón, pero la gente empezó a gritar y salí del agua. Ahí fue cuando vi al chico que estaba en la orilla, y pude ver que le había pegado un buen mordisco en la pierna", cuenta el joven. Montero, que se declara aún "en shock", aguardó con el herido hasta que llegó la ambulancia. Los chicos que habían salvado al herido estaban taponando la lesión. "Las dos personas que vieron el tiburón estaban muy alteradas. Una estaba llorando", recuerda el surfista.

El coruñés asegura que el susto no le ha quitado el gusanillo del surf, que practica desde hace diez meses en Australia, aunque "quizá tarde un tiempo en volver" a Bunker Bay. Es uno de los arenales a los que suele ir para coger olas, la principal pasión que le llevó hasta la región. Margaret River es especialmente popular entre los aficionados al deporte como Montero, que nunca había presenciado un ataque, pero sí algún aviso. "En varias ocasiones han sonado las alarmas, que se activan cuando un tiburón muerde una de las boyas que hay en el mar. Pero el último ataque mortal fue en 2011", apunta.