O Portiño, As Xubias, A Pasaxe, Labañou; son ámbitos con intereses inmobiliarios que desde hace años -décadas en algunos casos- mantienen activa, a distintas velocidades, la política urbanística del Concello. Visma, Monte Mero o el ofimático (ahora llamado Xuxán) son otros. Esta misma semana el Gobierno local aprobó una propuesta edificadora en Labañou, el polígono de As Percebeiras, tras un cambio en el planteamiento de sus promotores. Consultado por este periódico, el Ayuntamiento informó de que paralizará en cambio un polígono residencial previsto en el plan general en O Portiño y de que negocia con Demarcación de Costas la limitación de la edificabilidad para otros dos complejos de viviendas entre As Xubias y A Pasaxe. Y en Visma, uno de los espacios donde el plan general permite un elevadísimo número de nuevas viviendas, en torno a 3.000, ¿cuál es el paso siguiente? Fuentes municipales apuntan que el proyecto está "muy avanzado" y que los técnicos municipales supervisan ya la urbanización del ámbito, aunque se desconoce cuánta edificabilidad quieren aprovechar los promotores.

"Faltan muy pocos trámites", confirman fuentes del sector inmobiliario respecto al plan urbanístico de San Pedro de Visma, que abarcaría casi 400.000 metros cuadrados en los terrenos que están entre la ronda de Outeiro, la tercera ronda en la zona de Penamoa y el Centro Ágora. Los tiempos en el Concello vienen determinados por los pasos previos a la ejecución del proyecto de urbanización.

El registro de las parcelas del futuro polígono de Visma se inició en el mandato pasado y es una fase en estado avanzado -como ya estaba cuando gobernaba Marea Atlántica- que se está completando. Cuando finalice este paso tendrá que ser presentada la urbanización prevista en la zona, gestionada mediante el sistema de compensación, que Urbanismo deberá revisar para decidir si la aprueba. Los técnicos municipales ya están supervisando el proyecto.

El planeamiento urbanístico autoriza la construcción de bloques residenciales de distintas alturas con alrededor de 3.000 viviendas, pero a día de hoy el Ayuntamiento, según sus fuentes, desconoce los planes que manejan los promotores relacionados con el número de pisos a construir.

El polígono de Visma (S2) se ajusta a la máxima que el Gobierno local quiere aplicar respecto a los desarrollos urbanísticos recogidos en el plan general. La intención es "colmatar" (término muy usado en el área de Urbanismo) las zonas consolidadas de la ciudad, de manera que no se ponga freno a los polígonos en marcha y se replanteen las previsiones en los ámbitos que no han iniciado su tramitación. A este perfil se ajusta el plan de As Percebeiras, por ejemplo, impulsado esta semana en la Junta de Gobierno Local, 18 años después de que se diera a conocer el primer proyecto y tras modificaciones. Visma, un plan que recibió su primera aprobación del Pleno hace casi dos décadas, también.

El avance en la tramitación, larga y compleja, no supone por ahora ningún progreso en la construcción y nada en el lugar hacer prever que vaya a arrancar una intervención urbanística. El polígono de Visma, de iniciativa privada, ha pasado por de un cambio en el plan especial desde 2002, cuando fue aprobado en el mandato de Francisco Vázquez. Dos años después se hablaba de más de 3.500 viviendas que estarían terminadas en 2009, pero un año antes de esta fecha, e ignorando por completo las consecuencias de la crisis inmobiliaria de alcance mundial, el Gobierno local socialista apuntaba a 2009 como el momento en que comenzarían las obras en la zona.

Visma es un desarrollo complicado. El plan parcial fue modificado en 2005, 2008 y 2013. Gran parte de los edificios previstos tendrían alturas de entre once y trece plantas, aunque también los había de ocho a dieciséis y hasta un bloque de veinte. Una cuarta parte del ámbito estaría reservada a zonas verdes para separar los edificios de la tercera ronda.

El Gobierno local anterior, crítico con las características de este polígono por su "densa edificabilidad", planteó mitigar el impacto de la nueva zona para "mejorar el resultado final", según explicaba entonces el edil de Rexeneración Urbana, Xiao Varela. Con la entrada en vigor de la Lei do Solo, el S2 quedaba además dentro del perímetro de afección de la refinería, por lo que la construcción iba a requerir una tramitación añadida.