Los vecinos de Labañou dicen que las viviendas del grupo María Pita son más respetuosas con la costa de lo que será este proyecto.

Sí, por la escala que tienen. En muchos casos vemos que las viviendas sociales del franquismo son más respetuosas con el medio por una cuestión de escala. Es el mismo caso de las viviendas municipales Virgen del Carmen al ver detrás de ellas las torres de Os Rosales.

¿Cree como ellos que los edificios de catorce y once plantas que figuran en el proyecto den sombra al barrio?

La orientación predominante en esa zona es norte-noreste, por lo que recibirán el sol por detrás. Pero en todo caso la cuestión de la escala de los edificios no solo influye a la percepción sino también a la sombra.

Otro de sus temores es que el barrio se densifique mucho con las 400 viviendas previstas.

Esos procesos urbanísticos se dilatan en el tiempo muchísimo. Lo que ahora se llama gentrificación no solo va ligado a que se construyan viviendas, ya que la gente tiene que poder comprarlas y tiene que haber equipamientos. Y a nivel urbano la densidad no es mala porque nos diferencia de los asentamientos rurales. El problema es cuando se construyen viviendas y no se ocupan, porque cuando se trata de viviendas de alto nivel o con las que se especula mucho con el precio, pasan los años y no se ocupan por el precio que se pide y, al mismo tiempo, la promotora se carga de gastos imputados a esa propiedad. En el caso del asilo de Adelaida Muro se construyeron viviendas de ese tipo que estuvieron mucho tiempo vacías porque eran inaccesibles. El concepto de la consolidación urbana no es el del ladrillo, sino el de que se ocupe ese ladrillo y todas las dinámicas que envuelven a la ciudad, no se trata solo de edificar.