"Llevamos treinta años desarrollando el ofimático, y lo que queda". Es el ejemplo que pone Juan José Yáñez, secretario general de Aproinco, para reflejar la complejidad de "transformar suelo urbanizable". Aún queda tarea en el ofimático, una zona que desde la semana pasada tiene la nueva denominación de Xuxán. Dos frentes abiertos tiene el Concello en el nuevo barrio, habitado desde el año pasado tras una tortuosa tramitación. Por un lado, debe atender las demandas de los vecinos que ya ocupan sus bloques de viviendas y que desde hace meses piden llenar la zona de mobiliario urbano y servicios básicos para las calles entre edificios donde prima la vegetación de los márgenes.

Más complicado es completar el desarrollo del polígono, una segunda fase que afecta a los vecinos de San Vicente de Elviña, al otro lado de Alfonso Molina. El Gobierno local anterior había anunciado la exclusión de esa zona del ámbito del ofimático a través de un cambio en el planeamiento urbanístico, una maniobra compleja que el actual Ejecutivo ha señalado que no va a llevar a cabo. Mientras los vecinos, convertidos a la fuerza en promotores, siguen pagando las cuotas de urbanización.