La incertidumbre por el coronavirus en las familias ha provocado una bajada en la demanda de escuelas infantiles y colegios de la ciudad. Sigue habiendo listas de espera, pero las cifras son más bajas que otros años. Directores y profesores de estos centros admiten que hay una "menor natalidad", pero achacan el descenso a la pandemia. "Esto no es normal y creemos que es por el Covid-19. La gente no está segura", analiza la directora de la escuela infantil municipal A Caracola, Beatriz Ferreira.

Los números lo confirman. En las listas publicadas ayer por el Concello para sus nueve centros figuran 618 solicitudes de otros tantos niños, 248 menos que en 2019. Hay un total de 208 vacantes, por lo que, a pesar de la disminución, habrá niños que se queden sin plaza. La demanda se concentra en el curso de 1 a 2 años. "Es una cosa atípica, pero hemos visto que pasa también en las escuelas de la Xunta y en los colegios. Si quedan plazas libres, esperemos que se mantenga el proceso y se cubran durante el curso. Pero aún no sabemos lo que va a pasar", cuenta Ferreira.

Además, hay que tener en cuenta que, por primera vez, estos centros serán gratuitos para los alumnos, según recoge el nuevo reglamento de gestión, acordado por PSOE y Marea y aprobado en el pleno del pasado mes de mayo. La renta y la conciliación laboral y familiar son criterios relevantes para conseguir una plaza. Sin embargo, la gratuidad no ha generado un aluvión de solicitudes.

Fuentes municipales avanzan que el inicio de las clases en Arela, A Caracola, Agra do Orzán, Carmen Cervigón, Carricanta, Cativos, Luis Seoane, Monte Alto y Os Rosales está previsto para el 7 de septiembre, aunque la fecha todavía no es definitiva. Las listas de admitidos y excluidos también son provisionales. Las familias pueden presentar reclamaciones hasta el 11 de agosto.

Números parecidos tienen las guarderías gestionadas por la Xunta. La Consellería de Política Social anunció que, a nivel de toda Galicia, se han contabilizado aproximadamente 2.000 peticiones menos que el año pasado. Para la Administración autonómica, el único motivo es el coronavirus. Las escuelas infantiles As Mariñas, Elviña, O Ventorrillo y Santa María de Oza cuentan con 297 alumnos admitidos para el nuevo curso, con 313 en lista de espera. Las Galiña Azul de Monte Alto, Eirís y A Sardiñeira suman 453 niños en espera y 234 admitidos. El Covid-19 no ha mermado tanto a estos centros, que en 2019 tuvieron 445 alumnos sin plaza.

A pesar de que la Xunta ya ha establecido un protocolo para evitar contagios en los centros, muchas familias con hijos menores de tres años continúan dudando si matricular o no a los pequeños en las guarderías. Ya sea por miedo, por incertidumbre o por que el teletrabajo les ofrece una nueva alternativa.

La situación se traslada también a los colegios. Hay plazas de los cursos de Infantil que han quedado desiertas tras el cierre del plazo de matrícula. El presidente de la Asociación de Directores de A Coruña, Antonio Leonardo Pastor, explicó que los números "no son normales", y achaca el descenso sobrevenido a la confusión y el miedo que provoca la pandemia. El colegio público María Pita, por ejemplo, apenas ha cubierto la mitad de sus 50 plazas, mientras que el Emilia Pardo Bazán podría empezar el curso en septiembre con 24 vacantes, y el María Barbeito, con otras 26.

La Asociación de Directores de A Coruña baraja que "haya miedo a la matrícula el curso que viene" y que "como la Educación Infantil no es obligatoria, los padres estén pensando en no escolarizar a los niños". Antonio Leonardo Pastor señaló también como culpable del descenso de solicitudes la "poca información que tuvieron los padres" sobre los procesos de inscripción, en los que a la confusión derivada de la epidemia y la clausura de los centros, se sumó el breve periodo en el que se pudieron hacer las gestiones, del 11 al 18 de mayo.

Opina lo mismo la presidenta de la Federación de Padres de Centros Públicos, Lola Blanco. "Abrieron una semana nada más, y algunos ni se enterarían. Tuvo que ser eso, porque no creo que bajara la cantidad de hijos en un año", apuntó la coordinadora. El número sí sufrió un descenso, aunque leve, ya que la natalidad bruta en el municipio fue de 28 nacimientos menos respecto al 2016.