Los colegios tienen colgado el cartel de cerrado por vacaciones, pero los equipos directivos trabajan contra reloj para organizar la vuelta, prevista para septiembre si así lo permite la evolución de la pandemia. El presidente de los directores de centros públicos de la ciudad, Antonio Leonardo Pastor, también director del Curros Enríquez, detalla que se está elaborando "un plan de actuación" para que el regreso a las aulas se haga "con todas las garantías de seguridad".

Menos contacto entre alumnos. Será un año diferente, lo tiene asumido, pero defiende que la "educación presencial, en Infantil y Primaria, es fundamental". Por eso ya se está trabajando en los cambios. El más llamativo: la limitación de aforo en las clases. Como marca el protocolo de Sanidade, no podrá haber más de 25 alumnos por aula. "Vamos a crear grupos de convivencia. Se van a cambiar las maneras de vivir establecidas hasta ahora e intentaremos no mezclar a los niños", detalla Pastor, que reconoce que "no va a ser fácil".

Recreos de pocos y en distintos sitios. Para cumplir con la norma de no mezclar a los estudiantes de un mismo centro, se cambiarán los horarios de los recreos. "Queremos mantener las aulas como en una burbuja, así que habrá días que unos bajen al patio y otros se queden en clase. Ya no habrá un único recreo para todos", detalla. Esto dependerá, también, del tipo de colegio, pues los que tienen varios patios podrán dividir a sus alumnos entre ellos. "Cada centro tendrá que adaptarse en función de sus espacios", indica el presidente de los directores de centros públicos de la ciudad, que avisa que esto requerirá de una "gran adaptación" por parte de todos los miembros de la comunidad educativa.

Horarios diferentes. Y no solo el recreo sufrirá modificaciones. Los colegios también tendrán que adaptar sus horarios para que los alumnos no coincidan "a la entrada y la salida". "Igual que en el comedor y en las clases extraescolares", añade. El objetivo es evitar grandes concentraciones de gente y mezclar ambientes.

La conciliación, ante todo. Algunos centros se verán obligados a limitar el acceso a sus comedores por el Covid-19. Antonio Leonardo Pastor explica que, en ese caso, "primará la conciliación". "Es momento de que todos arrimemos el hombro. Se facilitará el servicio de comedor a aquellas familias que lo necesiten. Además, se tendrán que hacer turnos según el número de alumnos", informa.

Sin olvidarse de la educación telemática. El director del Curros Enríquez defiende que la "educación presencial es fundamental", sobre todo entre los más pequeños, pues ayuda a "socializar", pero espera que la situación provocada por el coronavirus impulse a los centros a "profundizar en las aulas virtuales". "Los niños de Infantil y Primaria no tienen autonomía para estudiar de forma telemática, pero no podemos olvidar que las TIC están ahí y han venido para quedarse", resume Pastor, que insiste en que esto "no quiere decir que la Informática sea más o menos importante que otras materias, pero sí que tiene que estar en el currículum".

Implicación de profesorado y familias. La vuelta al cole será diferente a la de otros años, aunque los profesores trabajan por hacer que sea "lo más normal posible". Antonio Leonardo Pastor apunta que será "muy importante" la implicación de "profesores y familias". "Todos tendremos que ayudar porque no va a ser fácil", concluye.