La evolución de la criminalidad en la primera mitad del año deja en A Coruña un positivo descenso del total de infracciones penales: superior al 20%, más de mil delitos menos respecto al semestre inicial de 2019. Pero la estadística, publicada por el Ministerio del Interior, contiene porcentajes específicos en la ciudad que causan alarma: el aumento de los robos con fuerza en domicilios y establecimientos o negocios, del 49,1%, contrasta con la caída de los mismos en el conjunto de Galicia (-13,5%) y en la totalidad del país (-31,1%).

Entre enero y junio de 2020 se denunciaron 243 asaltos con fuerza en viviendas, locales y otras instalaciones, 80 más que en el mismo periodo del año pasado, a pesar de que entre mediados de marzo y mediados de mayo la población estuvo confinada en sus casas. De esta cantidad, 115 corresponden a robos en domicilios, 13 más que en los seis primeros meses de 2019, un 12,7% más.

Sindicatos policiales consultadas por este diario no atribuyen este repunte, al contrario que otros años -sobre todo al comienzo del verano-, a una ola de delitos de este tipo en la ciudad protagonizada por grupos organizados, como ocurrió en 2014 y en 2019. Entre los motivos de este aumento que perciben este año está el "desmantelamiento de los grupos de Policía Judicial" con el "progresivo descenso" de su personal y una errónea planificación operativa en las labores de investigación, añaden las mismas fuentes.

Hay otro preocupante registro delictivo en el primer semestre: un incremento del 100% de las agresiones sexuales con penetración, de 0 a 4 en un año. Las autoridades policiales descartan que esta circunstancia obedezca a un mismo patrón o a un mismo posible autor, y algunas fuentes policiales apuntan que "situaciones de estrés derivadas de la pandemia del Covid-19 y el confinamiento ciudadano" han podido elevar este clase de delitos, por lo que aconsejan que se informe a la población como medida preventiva.

El descenso del total de infracciones penales en la ciudad, del 20,7%, es sin embargo inferior al de la media nacional, del 24,8%. La incidencia del estado de alarma por la crisis sanitaria en la criminalidad se advierte sobre todo en el descenso de los hurtos (-32,7%), los robos con violencia e intimidación (-14,6%) y las lesiones y riñas (-11,8%), delitos que habitualmente están vinculados al ocio nocturno. La disminución de actividad social y la menor permanencia de los ciudadanos en las calles durante casi dos meses redujeron la criminalidad en estos apartados, aunque en porcentajes inferiores a los de Galicia y España.

Los sindicatos policiales demandan todos los veranos el aumento de personal para planificar mejor la actividad. Este año critican que hasta septiembre no se incorporarán los agentes en prácticas, que serán 20, once menos que los que se sumaron en junio el año pasado.