La Asociación Provincial de Hostelería remitió ayer un escrito a la alcaldesa, Inés Rey, en el que le solicita que la Policía Local vigile "el uso generalizado de la mascarilla", así como que "se sancione a quien incumple estas medidas". "Entendemos que es la única manera de salir entre todos de esta situación", señala la carta, en la que también se menciona que los establecimientos de hostelería de la ciudad están haciendo "lo humanamente posible" para que "se generalice el uso de la mascarilla para prevenir contagios".

Los hosteleros afirman sin embargo que se encuentran "desbordados" porque, a pesar del esfuerzo realizado, "el público en general parece no estar concienciado". En declaraciones a este periódico, el presidente de la asociación, Héctor Cañete, explica que la presión policial debe desarrollarse "sobre todo en las zonas de especial afluencia de público" y respalda esta petición en su propia experiencia, ya que el lunes por la tarde observó el comportamiento de los transeúntes en la concurrida calle de la Franja y comprobó que las personas que no usaban mascarilla "no eran un número menor".

La petición de los hosteleros se produce al día siguiente de que este mismo colectivo presentara un recurso contra la orden de la Consellería de Sanidade que establece restricciones para esta actividad empresarial desde el pasado sábado y la próxima medianoche. La asociación provincial exige en concreto que se levante la prohibición del ocio nocturno y que se permita la apertura de todos los locales de hostelería con su horario habitual y justifica su reclamación en que la orden de la consellería no está basada en argumentos sanitarios.

"La petición que hacen los hosteleros nos parece normal porque ellos no son policías y para que sus negocios puedan funcionar con normalidad es normal que haya más control policial", comenta Manuel Freire, presidente de la Asociación Profesional de la Policía Local, acerca de la exigencia de una mayor vigilancia sobre el uso de la mascarilla.

Freire recuerda que el Gobierno local anunció la puesta en marcha de un dispositivo especial para velar por el cumplimiento de las normas de prevención de contagios que estaría formado por 70 agentes, pero advierte de que en realidad no es "ni la mitad" de esa cifra, sin entrar a detallar el número exacto por razones de seguridad.

A falta de confirmación hoy mismo por parte de la Xunta, el próximo fin de semana tampoco se permitirá la apertura de los establecimientos de ocio nocturno y Freire señala que la Policía Local debería controlar que no abren, "pero se han anulado servicios porque se da por hecho que no lo harán", lo que califica de "incoherencia" porque para garantizar que no desarrollen su actividad sería necesario comprobarlo.

Sobre la existencia de enfrentamientos con personas a las que los policías les requieran el uso de la mascarilla, el presidente de la asociación profesional admite que "son pocos los casos pero siempre hay" y añade que es "gente que es muy reticente y pone muchos problemas, por lo que tiene que ser identificada en la comisaría" y que incluso "ha habido situaciones que algún agente ha podido recibir un golpe" porque estas situaciones se producen generalmente con personas hay personas en estado de ebriedad.

Para Freire, la mayoría de la población cumple la exigencia del uso de la mascarilla, "pero en una ciudad de 250.000 habitantes, si hay 500 o 600 que no lo hacen, ya son muchos". El Gobierno local informó el lunes de que durante el pasado fin de semana no se impuso ninguna sanción por incumplir las normas de prevención de la pandemia, cuando desde el 20 de julio, día en que se hizo obligatorio el uso de la mascarilla en espacios públicos, se habían formulado 80.

Freire considera que al no haber ocio nocturno durante el pasado momento, en el que se producen más situaciones de relajamiento de las normas, es normal que haya un descenso de las multas, pero tilda de "bastante llamativo" que no se impusiera ni una sola sanción.

"Lo llevo pidiendo desde hace mucho tiempo porque no hay vigilancia suficiente, voy a pasear todas las tardes y mucha gente va con la mascarilla mal puesta o sin ella", se lamenta Luisa Varela, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña. Según su opinión "se la puede quitar uno para respirar cuando no hay gente alrededor, pero ir comiendo pipas o fumando sin la mascarilla no me parece lógico".

Varela respalda que se exija el uso de la mascarilla "porque van a pagar justos por pecadores", quien comparte además la impresión de que no hay policías en las calles vigilando el cumplimiento de esta norma. "En los barrios no la veo", manifiesta la dirigente vecinal, quien además reclama a los hosteleros que obliguen a sus clientes a ponerse las mascarillas en sus establecimientos.