Los tripulantes del pesquero Peixiño primero, que se encuentra amarrado en la dársena de Oza, permanecen confinados a bordo desde el pasado miércoles a la espera de los resultados de la prueba PCR que se le efectuó a uno de los marineros. A su llegada al puerto coruñés, este trabajador mostraba síntomas de sufrir una enfermedad causada por un virus, por lo que se decidió someterle a un test del coronavirus y se le devolvió al barco, donde continúa con sus compañeros a la expectativa sobre los análisis. El barco, que se dedica a la pesca del bonito, se halla sin vigilancia de la policía portuaria.

El 28 de abril se produjo un caso parecido en el muelle, ya que el Virgen Segunda llegó a puerto con su patrón enfermo, por lo que se le hicieron pruebas que dieron resultado positivo en coronavirus, aunque en este caso la tripulación fue enviada a sus domicilios para pasar la cuarentena y el barco, con base en A Coruña, fue desinfectado.