La invención de la cámara oscura puso, cuando al primer cinematógrafo aún le faltaba mucho para nacer, la piedra primigenia de lo que hoy conocemos como cine. Un concepto olvidado con el tiempo y que en la Mostra Internacional de Cinema Periférico (S8), que se desarrollará en la ciudad entre los días 27 de septiembre y 3 de octubre, se han propuesto recuperar en la que será su edición más extraña de todas.

En tiempos de Covid, toca reinventarse. Los organizadores del festival así lo han entendido: es así que, ante la imposibilidad de ofrecer sesiones presenciales de coloquios, visionados y encuentros con los aforos de antaño, han optado por aprovechar las fortalezas de Internet y dar el salto a la web.

Como prueba de ello, en la que denominan su primera Edición Dual, la Mostra incorpora una nueva modalidad, la Camera Obscura, un espacio en el que los interesados podrán acceder a contenidos en streaming como entrevistas con los cineastas invitados o visionado de sus películas. Amy Halpern, Tomonari Nishikawa, Alexandre Larose y Valentina Alvarado son algunos de los nombres del audiovisual que ilustrarán al público internauta sobre sus obras y trayectorias.

Detrás de las nuevas propuestas y los contenidos de siempre, todo un verano de trabajo duro. "No queríamos resignarnos a llevar todo a Filmin sin más, nos parecía que era perder la identidad. El reto era crear nuestra propia plataforma", explica el director del festival, Ángel Rueda. La Edición Dual persigue, precisamente, este objetivo: el de lograr un equilibrio entre la esencia del festival y la reinvención a la que obliga la nueva normalidad.

El propósito subyacente de la convocatoria, su carácter divulgativo y formativo, pasa, en esta ocasión, a un primer plano. "Las entrevistas, al ser online, pueden llegar a cualquier parte del mundo, no hace falta estar en A Coruña. Recuperamos el formato de la televisión como espacio divulgativo", añade Rueda.

Al margen de la experiencia online y streaming, la otra pata del festival estriba sobre sus ya modalidades tradicionales: las sesiones presenciales de visionado, que normalmente se reparten entre el CGAI, Palexco, la fundación Luis Seoane y la Domus, reducen este año en gran medida su aforo y serán muchas menos, pero no dejarán de existir. Algo que, para la organización del festival, tiene gran importancia. "Cancelarlo no era una opción. Existir es resistir. Tenemos que demostrar lo importante que es la cultura para la sociedad", asegura Ángel Rueda.

El festival tampoco prescindirá, en su undécima edición, de sus film performances, celebradas en la Fundación Luis Seoane ante un público presencial reducido pero disponibles en streaming para ojos curiosos. Una edición extraña que ha abierto la puerta, sin embargo, a la exploración de una nueva forma de hacer las cosas en el mundo cultural y audiovisual que puede haber llegado para quedarse.

"El festival avanza hacia internet, pero sin perder su esencia. Se ha hecho un esfuerzo técnico y económico importante. Es una oportunidad de posicionarse internacionalmente, que A Coruña sea un poco ventana y espejo hacia el mundo como un espacio donde se genera e innova en el cine", propone Ángel Rueda.