A Raúl Rey, diseñador de interiores, el gusanillo de la Arquitectura le picó hace tres años. Entonces trabajaba a media jornada en el estudio en el que había hecho las prácticas de su primera carrera, y pensó que no era mal momento para probar. "Al disponer de un contrato de trabajo, tenía opción de hacer una matrícula parcial y coger menos créditos por año", explica.

La modalidad de matrícula parcial permite a los estudiantes que quieran compaginar la carrera con sus ocupaciones laborales cursar, por año, entre 30 y 48 créditos, en lugar de los 60 obligatorios. Un recurso que ha permitido a Raúl Rey enfrentarse a la exigencia de una carrera como arquitectura, aunque, en ocasiones, fueron necesarios ciertos malabares en la planificación. "Con la matrícula parcial puedes elegir el horario. Trabajaba de 09.00 a 14.00, y algún año entraba a clase a las 15.00", recuerda.

Aprender a organizarse, asegura, ha sido clave en los últimos tres años. Hasta ahora, optó por cursar la mitad de asignaturas cada año, de forma que, de las 10 obligatorias, Raúl escogía cinco cada curso. "Preguntaba a gente que conocía que estaba cursando esas asignaturas, intentaba que no me coincidiese tener clases todos los días. Prefería tener más asignaturas juntas tres días, y disponer, al menos, de un par de tardes libres".

En Arquitectura no llega con figurar. Al menos, no en la escuela coruñesa, donde el volumen de proyectos y entregas de diversa naturaleza obliga a alargar la jornada lectiva. No son pocas las horas que Raúl Rey destina en casa a tareas académicas, una circunstancia para la que, sin embargo, ya estaba preparado cuando decidió embarcarse en la titulación. "Cuando te lo planteas en serio, sabes que tendrás que renunciar a ciertas cosas, como al tiempo de estar con tus amigos o a alguna afición, pero si te compensa o no es algo que tienes que analizar tú mismo", aconseja.

Aunque, asegura, tanto en su trabajo como en la universidad tuvieron en cuenta su situación y le pusieron ciertas facilidades para compaginar, Raúl Rey considera la posibilidad de cambiar de tercio a corto plazo. "Me estoy planteando dejar de trabajar y centrarme en lo que me queda de la carrera. Tengo 26 años, me gustaría empezar pronto en este mercado laboral", revela.