En las oficinas de la Seguridad Social se hacen todo tipo de gestiones, desde la tarjeta sanitaria europea hasta informar sobre las pensiones en el extranjero. Mari Carmen Reino tiene más de sesenta años, trabaja de limpiadora y es "personal fijo discontinuo". Está de baja desde noviembre. Hasta junio, le pagó el salario su empresa, después, la mandó al paro y en julio no cobró la prestación, tampoco cree que la vaya a percibir en agosto. No ha parado de moverse para intentar solucionar su situación, pero siempre se encuentra con la misma respuesta: el silencio. "Yo no me manejo con la web. El otro día, después de recorrer todas las oficinas y que los de seguridad no me dejasen pasar porque no tenía cita, conseguí que me dijesen que enviase una documentación a la oficina de Matogrande. La mandé por correo postal certificado, porque yo no sé hacerlo por internet y como yo, mucha gente", comenta Reino, a la que este bloqueo en las citas de la Seguridad Social le ha costado ya dinero, más allá del mes que no ha cobrado.

En la CIG estas situaciones se repiten a diario, Calvo cuenta que, ayer, un empleado de banca que acaba de salir del ERTE y que había tramitado los papeles para jubilarse tampoco ha recibido su prestación. "Le dicen que se la deniegan porque no cumple los requisitos, pero no le ponen cuáles, así que, no tiene manera de saber cómo puede subsanarlo. Una cosa que un funcionario soluciona en cinco minutos, porque revisa el expediente y ya sabe si hay un error o qué pasa deja a esta persona en una situación de total indefensión", denuncia Calvo.