Reformas de edificios y obras en las calles Tabernas, O Parrote, Damas, Príncipe, Santo Domingo o incluso Riego de Agua, entre otras, han sacado a la luz en los últimos años el pasado de A Coruña en forma de restos de cerámica y estructuras que remitían sobre todo a la época romana. Sin embargo, autores como el arqueólogo Luis Monteagudo, en los años cuarenta del siglo pasado, apuntaban a que la ciudad estaba habitada antes de la conquista romana, exponiendo incluso que la Ciudad Vieja podría estar levantada sobre dos antiguos castros. Sin embargo, ese pasado casi solo se había asomado en las afueras, en Elviña. Los arqueólogos Samuel Nión y Lupe Castro han estudiado durante los últimos meses alrededor de mil restos de cerámicas hallados en una excavación en el número 16 de la calle Príncipe y aseguran que son "claramente castrexos".

"El arqueólogo Víctor Tomás realizó la excavación en este solar en 2006-2007, haciendo catas para evaluar el impacto del edificio, y no encontró estructuras pero sí materiales, restos de cerámicas, y él tenía sospechas de que había un nivel anterior a la ocupación romana. Pero como pasa muchas veces, se hallan restos y se guardan y nada más. Él aún los tenía guardados y nos los cedió para estudiarlos. Son piezas en buen estado y pudimos comprobar que son muy características de la época castrexa, con un 5% o 6% de material del Mediterráneo, cerámicas finas y ánforas vinarias. Tienen una cronología claramente anterior a la romana, son anteriores a su conquista, antes de la fundación de Brigantium. Este material nos permite situarlo entre el 200 y el 80 antes de Cristo. No sabemos si había o no un castro en la Ciudad Vieja, pero sí había vida, había ocupación, lo que es algo muy interesante para estudiar", explica Samuel Nión, investigador predoctoral de la Universidad de Santiago, que además está a punto de publicar esta investigación en una revista especializada.

Nión ha contabilizado casi 200 intervenciones arqueológicas en A Coruña en los últimos veinte años, en las que se han hallado numerosos restos pero se echa de menos una investigación arqueológica académica que interprete y analice todos los datos de todas las intervenciones para conocer mejor este pasado. "Esto es una primera piedra para seguir investigando y sería interesante que el Concello lo potenciase" y se pusiese en relación con el castro de Elviña", añade este arquitecto.

Lupe Castro, experta precisamente en cerámicas, cree que estos restos, tal y como estaban dispuestos, pueden indicar que eran una especie de "basurero", un lugar donde se arrojaban después de su uso en la cocina y en la mesa, lo que demostraría que la Ciudad Vieja no solo era zona de comercio sino residencial.

"Este tipo de ánforas para el vino llegan al noroeste peninsular en la Edad de Hierro, antes de los romanos, y que apareciesen en A Coruña, fue una pista. Estos restos son de la misma cronología y las mismas formas que parte de los de Elviña, excavación en la que participé en una campaña", señala Samuel Nión, que destaca la "dificultad" de hallar restos anteriores a los romanos en el centro de la ciudad porque ha estado muy habitada y se ha construido "casa sobre casa".