Un proyecto coruñés compitiendo entre los grandes del Reino Unido. El proyecto Materiales híbridos orgánicos e inorgánicos como refrigerantes a baja presión con cero emisiones, coordinado por el investigador coruñés Juan Manuel Bermúdez, ha sido elegido finalista en la convocatoria Emerging Technologies Competition, que la Royal Society of Chemistry del Reino Unido destina a la prestación de apoyo económico a compañías en sus inicios cuyos proyectos tengan relación con la química.

En el grupo Quimolmat, del Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas de la Universidade da Coruña, del que es miembro Bermúdez, no pueden estar más orgullosos. "Es una forma de poner a la Universidad en una muy buena posición de prestigio internacional. Estamos muy contentos de haber llegado hasta aquí, al lado de universidades punteras, como la de Cambridge", reconoce Juan Manuel Bermúdez.

Por ahora, el suyo es uno de los 24 proyectos finalistas del certamen, estructurado en cuatro categorías. El proyecto coruñés, que competirá en la categoría de Energía y Medio Ambiente y cuyo veredicto se dará a conocer el día 30 de septiembre, trata de ofrecer una alternativa ecológica a los refrigerantes gaseosos que se usan hoy en día, la gran mayoría de ellos de efecto invernadero.

Una sustitución con miras de futuro y cada vez más apremiante, ya que, según lo convenido en el Acuerdo de Kigali, el uso de estos gases deberá ser eliminado antes de 2030. "Nuestra tecnología va a intentar reemplazar esos gases por materiales sólidos refrigerantes, menos susceptibles de escapar a la atmósfera", resume Juan Manuel Bermúdez. El investigador, que aclara que, no obstante, esta es una tecnología emergente y con "un largo recorrido" por delante, considera la aportación una alternativa "prometedora" y. que, asegura, ya ha captado el interés de algunas entidades.

El proyecto, único español de entre los 24 finalistas, presenta una mejora tecnológica en la compresión de los materiales a menos presión con respecto a propuestas anteriores de naturaleza similar. "Cuando un material pasa de estado gaseoso a líquido, la transformación de fase genera calor. Nosotros aplicamos presión a materiales sólidos. Con otros materiales que se han desarrollado previamente, era necesario aplicar una presión de 1000 bar. La ventaja de nuestra tecnología es que prevé desarrollar una familia de materiales muy flexible que se van a poder comprimir fácilmente a presiones menores a 70 bar", explica Juan Manuel Bermúdez.

Aunque todavía quedan ciertos retos por alcanzar, los responsables del proyecto tienen motivos para estar satisfechos con los resultados preliminares. El siguiente paso, la cooperación con otras áreas de conocimiento para hacerlo posible. "En la Universidad estamos desarrollando un primer prototipo con el grupo de Ingeniería Energética, pero la intención es buscar el apoyo de empresas que sepan de tecnologías de refrigeración, que puedan desarrollar prototipos más avanzados", adelanta Bermúdez.