El inicio del curso no será en todos los centros igual, la enseñanza en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Pablo Picasso va más allá de explicaciones en una pizarra y de alumnos sentados en sus pupitres. El ir y venir, el quedarse en los talleres y meter la mano en los proyectos de los demás para aprender y equivocarse o acertar juntos, como lo habían hecho hasta ahora, van a tener que esperar. Y es que, las medidas de seguridad no discriminan y los alumnos tendrán que observar más y tocar menos para evolucionar.

El vicedirector del centro, Mario García, explica que están interviniendo ya en el centro para tenerlo todo listo para cuando lleguen los alumnos. "Para las matrículas tenemos un sistema de cita previa, tenemos itinerarios de entrada y salida y, en los talleres de Policromía, por ejemplo, intentaremos que no haya más de dos estudiantes. En las asignaturas teóricas, en las que había treinta personas por clase, como puede ser Historia, vamos a tener un régimen de semipresencialidad, con docencia online para seguir desde casa y actividades", relata García.

Otra de las novedades es que no habrá más de quince alumnos por clase y, además, que a cada uno se le asignará un puesto y un material en el taller que tendrá que conservar durante todo el curso. "Hay ciclos que ya no estaban muy masificados, como el de Escultura Aplicada al Espectáculo, así que, ahí no habrá problema", comenta García. Para las asignaturas en las que hay más matriculados han encargado también mamparas de metacrilato, que faciliten la separación entre los alumnos., eso les supone una "inversión extra" para poner en marcha el próximo curso. "Seguiremos haciendo actividades de relación entre ciclos, como el diseño de personajes, que dibujan los alumnos de Ilustración y que, después, los de Escultura Aplicada al Espectáculo dan forma corpórea", avanza García, ya que dependerá de la coordinación de las profesoras de las materias que los proyectos se puedan convertir en realidad, sin que los alumnos coincidan.

A otras actividades, como pintar murales a varias manos, tampoco renunciarán, aunque cada alumno tendrá que ocupar su espacio y no compartir el material ni las herramientas con nadie. "Todo será más disciplinado", resume García que defiende que, no por ello, será menos divertido ni enriquecedor.