A pocos días de que los alumnos y alumnas vuelvan a clase, los equipos directivos de los colegios coruñeses se centran en organizar el inicio de curso para que sea "lo más normal posible, dentro de las circunstancias actuales", indica el presidente de los directores de centros públicos de A Coruña, Antonio Leonardo Pastor.

Las claves de esta vuelta al cole atípica son el orden, los accesos escalonados y la higiene. Medidas para dejar al coronavirus fuera de las aulas y los patios. "Hemos ido gestionando muchas cosas en julio y agosto, pero seguimos revisando el protocolo para estar al día. Se van a escalonar las entradas y las salidas y los padres no podrán acceder al interior del recinto", detalla la directora del colegio San Francisco Javier, María Jesús Rodríguez.

Casi todos los centros optan por poner horarios a las entradas y salidas según el curso con el fin de evitar aglomeraciones. Los hay que lo tienen más fácil, como el colegio María Pita, que cuenta con espacios amplios. "Tenemos seis entradas y salidas y estamos organizando el espacio abierto. Intentaremos flexibilizar los horarios de las clases porque pesa mucho la conciliación familiar", apunta el director, Gutier Pardo, que recuerda que las "medidas de higiene" también serán fundamentales.

El orden y la distancia social no solo determinarán las entradas y salidas a los colegios coruñeses, sino también las clases, los recreos, el comedor y las extraescolares. "Lo importante es mantener los grupos de convivencia. Somos un centro con mucha matrícula así que hay que tener mucha separación y limpieza", señala el equipo directivo del Concepción Arenal, que asegura que la nueva norma por la que los alumnos deben guardar 1,5 metros "cambia un poco los planes".

Esas clases burbuja permitirán que los niños no se mezclen durante la jornada escolar. El director del San Pedro de Visma, Juan Manuel Pérez, reconoce que tienen "suerte" porque es "un colegio bastante amplio con zonas de recreo diferenciadas". "Vamos a hacer la línea A, que saldrá a una hora al recreo en zonas exclusivas, y la línea B, que saldrá un poco más tarde, cuando solíamos tener la hora de lectura, para que no coincidan", explica.

El San Pedro de Visma no ha tenido que hacer "ningún desdoble", pues las clases suelen ser de entre 24 y 20 alumnos. En el San Francisco Javier, en cambio, sí que se han tenido que habilitar más clases. "Ahora el número de profesores será más elevado y también tenemos que hacer un plan de adaptación porque algunos no conocían el centro", detallan desde el centro, que estrena este curso la pista cubierta, lo que les permitirá tener "otro espacio" para organizar a los alumnos en el día a día. Para las extraescolares, todavía se está "estudiando" si se pueden llevar a cabo.

En el Curros Enríquez, sin embargo, se mantendrán los "grupos de convivencia estable en las clases, en el comedor y también en las extraescolares". "Preveo un inicio de curso, dentro de las circunstancias que estamos viviendo, normal. Una adaptación como la que estamos haciendo en la calle", informa Antonio Leonardo Pastor que, como presidente de los directores de los centros públicos de A Coruña, asegura que hay "contacto" entre todos ellos para trabajar de forma conjunta en este regreso a las aulas.

Los equipos directivos han trabajado "durante todo el verano", apuntan desde el colegio María Pita, para tenerlo todo preparado, aunque se trata de una "situación variable". "Nos dieron unas instrucciones, pero siguen cambiando. Nosotros, mientras, nos vamos adaptando, trabajando en los protocolos y haciendo acopio de material", cuenta Gutier Pardo, mientras que en el San Francisco Javier siguen "a la espera de que lleguen algunos pedidos".

Pardo reconoce que hay "nerviosismo" entre las familias de los alumnos, pero apuesta por el "sentido común y la tranquilidad" para que el regreso a las aulas, seis meses después del inicio de la pandemia, sea lo más sencillo posible. "Nos intentaremos acostumbrar todos", resume.