María Arias, madre de dos pequeñas de dos y cinco años, prefiere no pensar en la que se avecina los próximos meses. Tampoco tiene certezas a las que agarrarse: la información que, hasta ahora, se le ha proporcionado desde los centros educativos de las pequeñas ha sido más bien escasa, por lo que no sabe a lo que tendrá que enfrentarse la próxima semana. "Estoy en blanco ahora mismo, esperando a que nos digan algo. Tengo reunión de la guardería de la pequeña esta semana, pero del colegio de la mayor, no sé nada", lamenta. Revela que los únicos datos de los que tiene constancia, como la fecha de inicio del curso, los ha conocido gracias a la prensa, a falta de más comunicaciones por parte de los centros educativos.

"No sé si van a empezar con servicio madrugadores, con comedor, o cómo. Así es muy difícil organizarse", explica. Para ella, que está a la espera, a su vez, de que la llamen para cubrir una sustitución en otro colegio, estas son cuestiones apremiantes que precisa resolver. "Cuando empiecen, yo empezaré a la vez que ellas, así que no sé cómo lo haré", admite. Sobre el protocolo de la Xunta, aprecia que resulta, quizás, demasiado abierto y dejado al criterio de las distintas direcciones de los centros. Por ahora, simplemente, paciencia y esperar a ver qué pasa. "La mayor está deseando ir al colegio. El problema viene después, si el colegio resulta que no es como ella lo recordaba antes de la pandemia", reflexiona.