Rara vez los obstáculos son una fiesta, pero, en la séptima edición de la carrera inclusiva Enki, lo serán. Ese es el objetivo de los organizadores que, este año, han tenido que reinventarse para llevar la diversión de una carrera de obstáculos a las casas de las familias, ante la imposibilidad de celebrar un encuentro masivo. Si el año pasado consiguieron reunir a más de 10.000 participantes, en esta ocasión, en la que la carrera será íntegramente virtual, se proponen llegar a los 12.000 inscritos, incluso a sobrepasar la cifra.

Cada participante ha de montarse su propio circuito en casa, ayudándose de flotadores, de libros o estanterías para llegar a la meta que, en esta ocasión, podrán colocar en la puerta o, ¿quién sabe?, quizá en la cama o la ducha si están muy cansados. La inscripción está ya abierta en la web enkiproyecto.com y tiene un coste de tres euros para todos los participantes, independientemente de su edad o su condición física.

"No garantizamos que no haya confeti debajo del sofá en Navidad", bromeó ayer el presidente de la Fundación Abrente, Ángel López, que, ayer, en la presentación de esta carrera que, se celebrará del 5 al 10 de octubre en la web, hizo hincapié en que todos los fondos se repartirán entre las entidades sociales organizadoras y que, según explicó, este año lo están pasando peor que nunca. "En el ámbito de la discapacidad, por ejemplo, los protocolos son complicados y, más aún, cuando se trata de personas muy dependientes, porque las sillas hay que moverlas y hay que tocarlas", comentó López, que le puso un toque de optimismo a la situación, a pesar de su dureza.

Las entidades sufren también otro efecto colateral, según comentó el director territorial de CaixaBank, Marc Benhamou, que es la ausencia forzosa de los voluntarios, ya que, muchos de los que integran el programa de ayuda promovido por CaixaBank son mayores y, por pertenecer a un grupo de riesgo, no pueden seguir con su labor de voluntariado en las entidades.

La carrera pasará de concentrarse en una tarde a hacerlo durante una semana, facilitando así las opciones de participación tanto de las entidades sociales como del alumnado de los centros educativos y del público general. La feria también se reinventa, ya que será íntegramente virtual a través de mesas redondas, charlas y otras iniciativas que permitirán dar a conocer, de una forma próxima, lúdica y accesible, el trabajo de las entidades sociales del ámbito de las diversidades. "Es una carrera en la que todas y todos lo participantes, desde el espíritu solidario y de la inclusión, saltamos juntos esos obstáculos y seguimos superando barreras", señaló la alcaldesa, Inés Rey, en la presentación de la carrera, que cuenta con el apoyo de la Fundación María José Jove. Este año, según comentó López, la bolsa del corredor será protagonista, ya que llevará la magia de la cita a las casas.