Los colegios están abiertos, las aulas se llenan de niños y niños, pero en el Concepción Arenal y el Rosalía de Castro todavía hay sillas vacías. Familias de alumnos han decidido dejar a sus pequeños en casa como señal de protesta.

En el Concepción Arenal, hay tres aulas de Infantil sin ventanas. "Una madre de un niño de 14 años nos decía que desde que entró en el centro, hace 11, la ANPA ha denunciado esas clases. Es mucho tiempo y ahora, con el Covid-19, no podemos dejarlo pasar", comenta una madre de una alumna de cinco años, Sue Moreno.

Con el fin de exigir mejoras, una representación de padres y madres se manifestó ayer frente al colegio, con pancartas de colores. Mi aula no es segura, se podía leer en una de ellas. Quiero ir al cole, anunciaba otra de ellas, pues las familias quieren que sus hijos vuelvan a clase, pero con garantías.

En el colegio Rosalía de Castro, el lema es claro: "Más recursos, menos ratio, más personal". Así lo expusieron ayer las familias en una concentración a la que acudió el concejal de Educación, Chero Celemín. "Nos dijo que tenemos el apoyo del Ayuntamiento", asegura una de las madres afectadas, Sofía Polo.

El problema está en las aulas de 1º y 5º de Primaria. "El ratio es de 22 y 25 alumnos, pero no se respeta la distancia de seguridad de un metro y medio. Habría que hacer desdobles, pero el problema es la contratación", analiza.

Para protestar, muchos niños se quedaron en casa, sin ir a clase, pero la conciliación obliga a algunos a dejar a sus pequeños en el centro. "Para algunas familias es complicado, así que hemos decidido que faltarán solo los viernes. Ese será el día de protesta", cuenta Sofía Polo.

Lo que tienen claro, tanto en el Concepción Arenal como en el Rosalía de Castro, es que las quejas no acabarán aquí y seguirán organizando iniciativas para defender una enseñanza segura en tiempos de coronavirus. "Vamos a seguir haciendo ruido. No vamos a parar. Estamos muy decididos. Seguiremos organizando cosas. Ya estamos hablando de cuál será la siguiente acción", revela Sue Moreno, que recuerda que "no" están "en contra de la vuelta al cole". "Al contrario, los niños están deseando ir. Pero esas tres aulas necesitan ventilación y creemos que la obra no es tan complicada. Se puede hacer", resume.

Lo mismo opina Sofía Polo. "Queremos que los niños vayan al colegio, porque ya estuvieron mucho en casa y necesitan relacionarse. Pero que vayan al cole de forma segura", señala esta madre, convencida, al igual que otras familias, de que hay que seguir "haciendo protestas" para conseguir un cambio.