El retraso en la resolución de las becas comedor ha generado una circunstancia anómala entre las familias, que se enfrentan al nuevo curso sin saber si serán o no beneficiarias del servicio. La empresa que se hace cargo del catering en la mayor parte de los centros escolares de la ciudad ha comunicado al Concello y a las asociaciones de padres y madres que este año no adelantará el importe de la comida de los solicitantes de las becas comedor y que empezará a darles servicio con cargo a estas ayudas cuando el Concello las adjudique definitivamente.

Durante el curso pasado, algunas de las familias a las que, finalmente se les denegó el bono comedor, no hicieron frente a los recibos de la empresa, algo que mermó su liquidez y a lo que no se quiere volver a enfrentar. La lista definitiva se publicó el curso pasado en noviembre, por lo que, hasta finales de mes, las empresas no supieron con certeza quiénes eran los becados y quiénes no.

El Concello, además, adeuda a esta empresa una parte del servicio realizado durante el curso pasado, son aproximadamente 70 casos de ayudas por causas sobrevenidas que todavía no se han resuelto y que, por tanto, todavía no se han pagado. También los menús que se sirvieron a los niños que no tenían beca durante la pandemia.

Las asociaciones de madres y padres que se encargan de gestionar los comedores en los centros escolares denuncian que, a tan solo unos días de que empiecen las clases en Secundaria, no saben si tendrán derecho al comedor y, tampoco, qué pasará con los jóvenes si no se resuelve el concurso, si la empresa no adelanta el dinero y las familias tampoco pueden hacerlo. Desde las asociaciones indican que carecen de remanente para hacer frente al pago íntegro del coste del comedor de los solicitantes de la beca hasta que se publique la lista definitiva de los beneficiarios.

La Concejalía de Servicios Sociales mantuvo ayer una reunión con las empresas que ofrecen este servicio para llegar a un acuerdo que permita comenzar el curso con normalidad. En la cita, las firmas aseguraron a los servicios municipales que su falta de liquidez no viene del impago del Ayuntamiento sino de que muchas familias habían puesto que eran beneficiarias de la beca comedor sin serlo y que, cuando se les requirió el importe del servicio abonado, este no se satisfizo y que, para que esta situación no se repita, han decidido cobrar por el servicio prestado hasta tener la certeza de cuántos menores son los beneficiarios de las becas y cuántos han de pagar el servicio de comedor íntegramente.

Durante el fin de semana, las empresas y el Concello harán sus cuentas para ver si pueden llegar a un acuerdo que permita que los alumnos puedan hacer uso del comedor sin que esto suponga un coste extraordinario para las familias, aunque después lo recuperen si son beneficiarios de las ayudas.

La concejal de Servicios Sociales, Yoya Neira, explicó ayer a este diario que los técnicos están resolviendo "a buen ritmo" las solicitudes entregadas y que prevé que, para finales de mes, estén ya todas estudiadas y que se pueda elaborar la lista provisional. Después, habrá que esperar diez días -un plazo legal establecido- para publicar la definitiva, que será la que determine cuáles son los beneficiarios finales de las ayudas. Esta situación de incertidumbre se suma a que la Xunta no ha decidido todavía si los centros de Secundaria impartirán clases por la tarde o si todos los alumnos tendrán que acudir por la mañana.

Este curso se presentaron 3.203 solicitudes de beca comedor. Por primera vez, son los menores los solicitantes y también, por vez primera, se incluyen los periodos no lectivos de verano y Navidad. Durante el curso pasado, habían sido 2.876 los menores que habían pedido la ayuda.

Sobre la mesa está también la posibilidad de tramitar unas ayudas de emergencia para estas familias que tienen problemas para hacer frente al gasto de todo el recibo del servicio de comedor hasta que se resuelvan las becas, aunque no es la única, ya que el Concello y las empresas de catering estuvieron negociando ayer otras posibles soluciones.

"Se les pidió a las empresas de catering que adelantasen los menús. El año pasado, de los que tenían la beca, las empresas cobraron lo que tenían que cobrar. A los que la solicitaban no les cobraban y, en el momento, en el que había una resolución definitiva y se quedaban fuera, no pagaron. La empresa no quiere hacerse cargo de eso otra vez", comentó ayer Neira.

Algunas familias, por ejemplo, fueron usuarias del comedor mientras no se publicó la lista definitiva de admitidos y, tras la resolución, aunque dieron de baja a sus pequeños del servicio, no pagaron las comidas que habían recibido como si hubiesen sido beneficiarios de las becas comedor. Una situación que, ahora, tanto empresa como Concello pretenden paliar en este inicio del curso marcado por la distancia de seguridad, por las mascarillas, las dudas y los retrasos por la pandemia de coronavirus.