Primero fue una sacudida, después un ataque. Y hasta quince, "más o menos". No fue del mar el azote, sino de un par de orcas juguetonas que acabaron destrozando el timón del velero. El Beautiful Dreamer, un barco de bandera inglesa construido en Suecia en 1991, tuvo que ser auxiliado ayer a seis millas del cabo Prior, en la costa de Ferrol, por la Salvamar Betelgeuse del servicio de Salvamento Marítimo, que lo remolcó hasta el puerto de A Coruña tras sufrir los daños imprevistos que le impidieron navegar hasta Southampton.

Justin Crowther, un curtido navegante británico, conocedor de prácticamente todos los mares del planeta, encajaba con calma la travesura de las orcas, uno de tantos cetáceos que sus ojos han visto junto a los barcos que ha capitaneado. Varias veces recorría ayer la larga distancia de uno de los pantalanes de Marina Coruña para tramitar la reparación del velero y prepararse para continuar con su "abundante" trabajo en Halcyon Yachts, la naviera inglesa para la que trabaja, con la que navega a bordo de distintas embarcaciones para llevarlas de un país a otro. El Beautiful Dreamer, que partió de Tenerife esta semana e hizo escala en Madeira, Cascais y Baiona, debería haber atracado ayer en Southampton, donde lo recogerían sus propietarios, dos doctores británicos. Pero las orcas se interpusieron en la ruta.

Equipados con chalecos Crowther y los dos ayudantes de su tripulación, los finlandeses Johannes Brandt y Michael Rosenback, resistieron los zarandeos del barco cada vez que las orcas lo golpeaban, sobre todo en la zona inferior del timón. "Nos dio golpes unas quince veces. Apagamos el motor y los sistemas electrónicos, y entonces desaparecieron. Llamamos a Salvamento y contactamos con Inglaterra. Unos 45 minutos después nos estaban remolcando", cuenta el capitán, que varias veces este año ha hecho escala en Galicia. Su "hermoso soñador" descansará en los muelles coruñeses para ser reparado.