Al hacer la mochila para ir al gimnasio o a un centro de entrenamiento nunca falta la toalla y la botella de agua. A esos indispensables de la actividad física se une un nuevo accesorio: la mascarilla. Así lo obliga la Xunta, aunque los profesionales del sector ven la parte negativa, pues conduce a muchos usuarios al abandono. "Hemos percibido menos accesos a nuestras instalaciones y va a suponer un frenazo importante en la recuperación de las bajas producidas durante el confinamiento", expone el gerente de Termaria Casa del Agua, Claudio Orjales.

La clínica Salud y Conocimiento se adelantó a la norma en julio. Con clases de yoga, pilates y entrenamiento personal, los responsables del centro impusieron el uso de mascarilla "por la seguridad de los usuarios y del personal". Lo cuenta Sergio Patiño, que asegura que "la mayor parte acogió esta nueva situación de manera positiva", aunque "hubo alguna baja".

Entiende que "no es agradable" tener la boca cubierta mientras se hace deporte, pero eso "ayuda a controlar la transmisión del virus". "Lo adecuado es bajar la intensidad del ejercicio hasta que la persona se adapte a hacer la práctica con mascarilla", analiza Patiño.

Esa también es la idea de NAW, cuya misión es "lograr personas activas, que mejoren su salud de manera global". Aunque los primeros días de entrenamiento tras la norma publicada en el DOG fueron "complicados", cuenta Miguel Sanjuán, su equipo ha conseguido "darle una vuelta a las sesiones para que puedan ser estimulantes y adecuadas".

Le preocupa que esta situación lleve a algunos usuarios a prescindir del deporte. "Entrenar con mascarilla es incómodo, pero no puede suponer un abandono del entrenamiento", razona Sanjuán, que recuerda que el sistema de trabajo de NAW "permite mantener la distancia de seguridad". Además, se cumplen "todos los protocolos de desinfección" en el centro, que abrió tras el estado de alarma en la plaza de Maestro Mateo.

En 360 Training Center, Álvaro Sánchez ha notado que los usuarios "usan la mascarilla quirúrgica" para entrenar, pues les resulta "menos agobiante". Ese es su pequeño consejo, aunque también reconoce que han "cambiado el tipo de entrenamiento", orientado "más a trabajo de fuerza que aeróbico, pues fatiga más".

Sánchez reconoce que la norma "perjudica al sector", sobre todo teniendo en cuenta a "aquellos que están dudando entre empezar a hacer ejercicio o no". "Puede ser que esto les frene", cuenta, e informa de que ha registrado solo dos bajas en su centro de entrenamiento. "La clave es la adaptación de los ejercicios", insiste, a la vez que señala que han adaptado esta norma "como una medida a medio plazo".

Para Claudio Orjales, de Termaria, el uso de la mascarilla "supone un cambio radical en la manera de afrontar determinadas rutinas", ya no solo en el gimnasio, sino también en el día a día. Hace, además, un llamamiento para "reclamar prudencia a la hora de encasillar a este tipo de espacios como lugares de riesgo más allá de los que ya existen en cualquier instalación de otro tipo".

Orjales pide que "nadie tire la toalla" pues la práctica de ejercicio físico "es uno de los principales factores que influye en la calidad de vida de las personas". En 360 Training Center notan que "cada día va mejor y la gente se está acostumbrando", mientras que en S&C instan a las administraciones a "mover ficha". "Si tenemos que usar mascarilla, deberían subvencionarse o retirar el IVA, sobre todo para la gente con más dificultades. Si vas a entrenar, por ejemplo, tienes que utilizar dos día", explica Sergio Patiño.

El consejo de Miguel Sanjuán es "dar intensidad a los entrenamientos a través de la calidad de la ejecución de los ejercicios". "Está en nuestra mano adaptar los entrenamientos para que se logren los objetivos sin que supongan un estrés o agobio", concluye el entrenador de NAW.