Donde otros años se respiraban los nervios del reencuentro, ayer se respiraba indignación. Un verano de sucesivos protocolos y la decisión de la Xunta de reducir la distancia de metro y medio de seguridad entre el alumnado para instalar, en su lugar, mamparas, hizo salir la pasada tarde a padres y madres del Instituto Adormideras, que se concentraron frente a las escalinatas del centro. Entre el medio centenar de manifestantes hubo también jóvenes, que cruzarán las puertas una semana más tarde de lo esperado, el próximo 23 de septiembre. Las familias acusan de "improvisación" la gestión que el Ejecutivo autonómico ha hecho de los protocolos del nuevo curso, y piden más profesorado y grupos reducidos de estudiantes para garantizar las condiciones de seguridad.

La presidenta de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos e Alumnas, Sonia Monterroso, afeó a la administración gallega la "contraorden" del pasado jueves, que "tiró para atrás" un curso que estaba "bastante organizado". "Ha sido una barbaridad, nos parece desprestigiar el trabajo del grupo educativo", indicó. Denuncia además que la Xunta les ha retirado los doce profesores extra que había prometido, dejando al centro sin "los recursos humanos necesarios". La alternativa ofrecida, mamparas, no suscita confianza entre los progenitores. "No van a ser eficientes, porque el aire circula igual y tocan aquí y allá. Y no puedes prohibir reuniones de más de diez y luego tener a 25 niños encerrados horas en un aula", dice la madre de una de las estudiantes, Chus Ujeda. Otros padres, como Alberto Gómez, se plantean incluso la idea de no regresar a al aula si la situación continúa. "Mi hija no va a asistir a clase en este ambiente de caos. Las pantallas transmiten falsa seguridad. Queremos grupos reducidos, distancia o teleformación", dice.

Sonia Monterroso | Presidenta del ANPA

"Se desprestigia todo el trabajo del centro"

La presidenta del ANPA, Sonia Monterroso, asegura que el nuevo protocolo supone desprestigiar "todo el trabajo que ha hecho el centro". "El equipo educativo está haciendo todo lo posible, pero la directiva está saturada", afirma, aludiendo a la dimisión que la semana pasada anunció el grupo directivo del instituto. Con dos hijas en el centro, Monterroso reclama a la Xunta "los profesores necesarios, porque eliminaron a los que nos dieron", y paliar la brecha digital. "Hay que aportar recursos tecnológicos a los niños y formación al profesorado", apunta.

Mar Hermida | Madre del ANPA de Monte das Moas

"Con clases por la tarde no vería a mis hijos"

La protesta de ayer contó también con representantes de otros centros como Mar Hermida, del ANPA del Monte das Moas. Se presentó a la concentración por "solidaridad", ya que, como madre de alumnos en edad escolar, comparte la sensación de incertidumbre del Adormideras. Lamenta que el desdoble al horario de tarde que barajan algunos centros le impediría, por su jornada laboral, ver a sus hijos "en todo el día", y promueve una protesta diaria a las 19.00 horas a nivel provincial, que ya ha propuesto a organismos como Confapa.

Mar Rodríguez | Madre del centro Adormideras

"El dinero tiene que gastarse en profesores"

Mar Rodríguez tiene una hija en primero de Bachiller y el convencimiento de que, para tener un periodo lectivo, no se puede escatimar en inversiones económicas. "El dinero tiene que gastarse en profesores, y eso va a repercutir en el sistema. Hay que invertir en formación digital para el profesorado, y apoyar su esfuerzo y el de las familias", indica. Para esta madre, el Covid puede ser una oportunidad para dar salida a los maestros "con buen currículum" que se encuentran sin trabajo. "Gastar en mamparas no va a beneficiar al sistema educativo", asegura.

Ana Díaz | Madre del centro Adormideras

"Hay una sensación de dejadez"

Para Ana Díaz, lo peor del último cambio de la Xunta es el lugar en el que queda el trabajo realizado por los profesores. "Lo que se hace no vale para nada. Los centros trabajaron desde julio y el viernes pasó la inspectora para decir que se ponían mamparas", critica la progenitora. Apunta que las familias perciben que "hay una sensación de dejadez" por parte de las administraciones, y critica que algunos padres capen posibles soluciones a los problemas. "Cuando se habló de los desdobles, dijeron que los chavales no podían estar solos en casa por la mañana", reprocha.