Los nueve activistas que el 26 de septiembre del año pasado desplegaron una faja reivindicativa sobre la barandilla del balcón de la Casa Cornide serán juzgados por esta acción el próximo 14 de octubre.

A la vista, fechada para las 12.15 en el Juzgado de Instrucción Nº4 de A Coruña, están llamados a acudir los nueve activistas y militantes del Bloque Nacionalista Galego implicados: Armando Carril, Manuel Méndez, Elvira Branco, Carolina Fernández, André López, Salvador González, Oscar Calvo, Dani Carballeda y Bieito Lobeira, que serán juzgados por un delito leve por coacciones. "Del mismo modo que ocurre con Meirás, rescatar del expolio la Casa Cornide es una exigencia democrática, una forma de dignificar y hacer justicia a las víctimas del franquismo", consideran los implicados.

La portavoz de los activistas, Elvira Branco, denunció que el grupo está siendo víctima de "persecución", algo que, a su modo de ver, "dice mucho de cómo están las cosas", al tener que "sentarse delante de un juez" por su implicación en una acción "simbólica y pacífica". Asegura no comprender por qué el Gobierno les persigue a ellos mientras que "la familia de un dictador, que dejó miles de muertos en nuestro país, campa impunemente y disfrutando del Patrimonio expoliado".

Los activistas consideran que las acusaciones en su contra "carecen de fundamento", por lo que, aseguran, aguardan que la acción realizada sea considerada "un acto pacífico y democrático ante una situación injusta, que debe entenderse dentro del ejercicio democrático de la libertad de expresión".

Elvira Branco, en nombre del grupo de activistas, reclama la intervención de las instituciones públicas "para restituir al patrimonio público gallego la Casa Cornide". Apelan al ejemplo reciente del pazo de Meirás, a favor de cuya devolución al erario público falló la justicia en primera instancia el mes pasado.

En opinión de los activistas, el destino de la Casa Cornide, inmueble sobre el que pesa la sospecha de supuesta obtención fraudulenta por parte de la familia Franco, no puede ser distinto al de Meirás. "Rescatar del expolio la Casa Cornide es una exigencia democrática", concluyen.