La sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que da vía libre a los propietarios del antiguo edificio del concesionario de Citroën en A Gaiteira, situado en el cruce de la avenida de Oza y la ronda de Outeiro, para demolerlo puede que no suponga el final del emblemático inmueble. El Gobierno local no da la batalla por perdida y buscará alternativas desde el punto de vista legal para impedir el derribo al considerar que se trata de un elemento de valor arquitectónico que debe figurar en el catálogo de patrimonio del plan general de la ciudad.

"Estudiaremos las vías jurídicas necesarias para tratar de salvaguardar la protección de un edificio que tendría que estar catalogado y no lo está", avanzó ayer el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, en relación con la sentencia que autoriza la demolición, adelantada ayer por este periódico. El edil reconoció que el Concello desistió de recurrir el fallo judicial ante el Tribunal Supremo porque solo era posible por la vía de casación, fijada para casos muy concretos que no se dan en este pleito.

Villoslada también informó que el Gobierno local mantendrá contactos con los propietarios "para ver si tienen interés en ejecutar esa sentencia" y admitió que la búsqueda de una solución deberá hacerse a partir de ahora "en el marco de una sentencia que hay que ejecutar y complica la situación". La autorización a los propietarios para que derriben el edificio no supondrá además que el Concello renuncie a incluirlo en el catálogo patrimonial, iniciativa que comenzó en el anterior mandato municipal y aún está pendiente de aprobación definitiva.

El responsable de Urbanismo señaló que esta tramitación continuará pero reconoció que su conclusión no tiene por qué paralizar la iniciativa de derribo, ya que "una catalogación nueva es muy difícil que afecte a derechos urbanísticos adquiridos previamente en virtud de una licencia de demolición".

Marea Atlántica propuso ayer al Gobierno local que lleve al pleno "cuanto antes" la aprobación del catálogo de inmuebles protegidos como fórmula para impedir el derribo del edificio. El concejal Xiao Varela, antiguo responsable de Urbanismo, admitió que durante el pasado mandato este trámite no pudo completarse "por un problema de plazos" y garantizó los votos de su grupo para respaldar lo que consideró que puede ser una solución para evitar la desaparición del inmueble. Según Varela, con esa aprobación "existiría la posibilidad de paralizar el derribo al amparo del nuevo planeamiento".

Marea destacó que esta iniciativa permitiría además proteger otros bienes como la capilla de San Roque, el Observatorio, el edificio Pou o la antigua sede del Club do Mar de San Amaro.

"Estaba prevista la catalogación del edificio porque se lo merece y es relevante para la ciudad", puso de relieve Juan Díaz Villoslada sobre el antiguo edificio de la Citroën, ya que se trata de una obra del prestigioso arquitecto coruñés Andrés Fernández-Albalat, recientemente fallecido y a quien se pretende rendir homenaje en la próxima edición de la Semana de la Arquitectura. El concejal destacó que se trata de una de las muestras de arquitectura industrial con las que Albalat se convirtió en una referencia, de las que en A Coruña tiene otro exponente con la fábrica de Coca-Cola.

El titular de Urbanismo recordó que el edificio había sido incluido en el catálogo de patrimonio del plan general en su aprobación inicial, pero tras la llegada del Partido Popular al Gobierno local, fue excluido del documento urbanístico definitivo. Durante el mandato de Marea Atlántica los propietarios presentaron una solicitud para derribarlo, momento en el que se inició el proceso para volver a incluirlo en el catálogo.