La alcaldesa, Inés Rey, celebró ayer las consecuencias urbanísticas de la concesión a Repsol de la licencia para construir el poliducto entre la refinería y el puerto exterior, que permitirá trasladar el muelle petrolero fuera de la ciudad. Con este trámite se "desbloquea e impulsa el último paso para un proyecto que permitirá liberar los muelles, recuperar parte de la ciudad y construir una ciudad nueva dentro de la ciudad: un nuevo ensanche", valoró la regidora sobre la futura construcción de viviendas en el terreno que será liberado en San Diego.

El Ayuntamiento de A Coruña acordó ayer, en la Junta de Gobierno, la concesión a Repsol de la licencia para comenzar las labores de construcción del nuevo poliducto para descargar el crudo. Esta actuación, que cuenta con un presupuesto de 3,8 millones de euros, unirá las instalaciones de la compañía con el puerto exterior de punta Langosteira. Repsol, que ya le abonó al ayuntamiento la tasa de la licencia tiene ahora seis meses para iniciar los trabajos, que finalmente permitirán desmantelar el actual oleoducto.

"Es una obra que ya estaba prevista desde hace tiempo", recordó la alcaldesa, y puso por delante que el proyecto se llevará a cabo "con todas las condiciones ambientales" y con respeto a los restos arqueológicos que se han localizado. Patrimonio de la Xunta ha autorizado la actuación, que afectará a dos petroglifos ubicados en Nostián. Repsol se ha comprometido a retirar los elementos que deben ser protegidos y a volver a dejarlos en su sitio una en cuanto finalicen las obras.

Rey también apeló ayer al "diálogo institucional", con la implicación de la administración local, autonómica y estatal, para la búsqueda de un acuerdo sobre los muelles coruñeses y llamó a revisar los convenios de 2004.