Resolver de forma inmediata el problema que supone la pérdida de las personas afectadas por catástrofes naturales es el objetivo de la investigación desarrollada por un equipo de investigación del departamento de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura. La respuesta del grupo que dirige el catedrático Juan Pérez Valcárcel es una vivienda plegable de 18 metros cuadrados de superficie que se instala en apenas un cuarto de hora y que permite residir en ella a una familia por un periodo estimado de dos a tres años, durante el que deberían construirse los edificios en los que vivirían de forma definitiva.

"Está pensada para acoger a una familia para mantener los vínculos familiares o de proximidad", explicó Pérez Valcárcel sobre esta iniciativa, que llevó al equipo investigador a desplazarse a escenarios de catástrofes para conocer sobre el terreno las necesidades de personas que sufren estas situaciones.

La estructura del módulo es de acero, mientras que el suelo es de tablero de madera y el techo cuenta con capas de varios materiales. Las paredes está elaboradas por su parte con madera en el interior y el exterior es de chapa de acero en el exterior, mientras que entre ambos materiales se colocó un aislante.

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La UDC lanza un prototipo de vivienda plegable

El campus de A Zapateira fue ayer el escenario de la colocación del prototipo de esta vivienda, fruto de un trabajo de investigación de cuatro años. Un camión llegado desde el polígono naronés de Río do Pozo transportó el módulo desde la empresa en la que fue fabricado y lo depositó con una grúa sobre los soportes de hormigón que lo aíslan del suelo.

"La idea es que se puedan amontonar seis o siete módulos en un camión", explicó Pérez Valcárcel, quien detalló que el despliegue se produce de forma simple por gravedad cuando la grúa la alza tras sujetarla por el techo. La operación fue realizada por los trabajadores de la fábrica, quienes primero desplegaron las paredes laterales y luego los testeros, que estaban sujetos al techo. La elevación del terreno tiene por objeto permitir que a través del suelo puedan instalarse redes de servicios como el abastecimiento de agua, el saneamiento y la electricidad.

"El modelo que hemos utilizado es del los terremotos de L'Aquila y Lorca", señaló el director del proyecto, ya que quienes perdieron sus casas fueron alojados en tiendas de campaña. Pero Pérez Valcárcel destacó que esos equipamientos tienen una duración máxima de seis meses , frente a lo cual su propuesta es "una vivienda transitoria que cubre el espacio entre la tienda de campaña y la vivienda definitiva".

Una vez que dejen de tener utilidad, estas viviendas podrán almacenarse hasta que sean necesarias en otro lugar, puesto que serán reutilizables. "Es una vivienda de verdad, por lo que teóricamente tiene una vida útil de 50 años", declaró Pérez Valcárcel.

Pero las aplicaciones de este prototipo pueden ser muy variadas, ya que puede albergar una UCI de campaña o unidades de aislamiento, así como otro tipo de instalaciones si se amplía su tamaño. Los investigadores calculan que el coste de fabricación industrial de la vivienda se situará entre los 500 y los 600 euros, pero que ahora deben ser las empresas interesadas en el prototipo las que se encarguen de desarrollar ese proceso.