"Siempre soñé tener una orquesta sinfónica detrás, o al lado, era algo que pensaba que casaba muy bien con nuestras canciones. Lo que nunca pensé es que iba a pasar en mi ciudad por primeira vez", dijo esta noche Xoel López sobre el escenario, ante un Coliseum con las 800 butacas llenas. Xoel, que empezó con la percusión de los pies de los músicos, con Patagonia, habló de sueños cumplidos, de llevar sus canciones a una "nueva dimensión" y del aprendizaje que supuso hacer confluir su mundo con el de la OSG. Sonaron Tierra y El hombre de ninguna parte y temas nuevos, como Joanna o Tigre de Bengala, criaturas del confinamiento y las noches sin dormir. Sobre las tablas, Dima Slobodeniouk y los músicos de la Sinfónica, que acompañaron en casi todo el concierto al coruñés, que no escatimó en guiños, como afinar la armónica con las notas de A Carolina o pedir perdón por repetir canción en los bises porque, a pesar del "abrazo musical" que supuso esta semana de trabajo con la OSG, no pudieron preparar más arreglos más ampliar el repertorio.