La playa del Matadero amaneció en la mañana de ayer repleta de algas que, arrastradas por el mar, ocuparon gran parte del arenal. La gran cantidad de cintas de mar visibles desde muchos puntos del paseo marítimo sorprendió a los paseantes y a los cada vez menos valientes que aún se atreven a probar el agua del Atlántico a finales de septiembre. Más de uno bajó al poco espacio que han dejado las algas marrones tras ser transportadas por el mar para comprobar la gran cantidad que se aprecia desde la distancia. En algunas zonas, los restos acumulados llegaban a la cintura de los bañistas.