Hubo una vez en que la fábrica de armas de Pedralonga fue como una pequeña ciudad. Había una escuela de enseñanza primaria y otra de formación profesional, una clínica, un salón de actos, un gimnasio e instalaciones deportivas próximas a las naves de fabricación, los almacenes y los comedores y entre las zonas verdes de los terrenos del Ministerio de Defensa. Los trabajadores disponían de servicios para ellos y sus familias y podían pasar allí todo el día antes de volver a sus domicilios. Algunos antiguos empleados de la fábrica de armas, de aquellos que dejaron el complejo industrial hace décadas, regresaron ayer a las instalaciones abandonadas, el futuro hogar de la Ciudad de las TIC, en la jornada de puertas abiertas promovida por la Universidade da Coruña (UDC), impulsora junto al Clúster TIC del parque de innovación tecnológica. El reencuentro dejó recuerdos, emociones intensas y lágrimas.

La apertura a los vecinos de la antigua factoría llamó la atención de quienes fueron trabajadores y de curiosos que en las cuatro sesiones de la jornada se pasearon por las calles del complejo, hicieron fotografías y entraron en algunos de sus edificios, como el que reunirá los servicios centrales de la Ciudad de las TIC y el Centro de Servicios Avanzados y Demostrador TIC, el primero que se rehabilitará para estar en funcionamiento en 2022. "Yo vivo por aquí cerca y siempre me pregunté qué había detrás de estos muros", decía Sonia Seijo, a quien acompañaba por el mismo motivo Hadrián Torres en la sesión de las doce de la mañana. Desde más lejos, Os Rosales, llegaron Francisco Javier Rivas y Reynaldo Martínez, "por la curiosidad de ver lo que hubo e imaginar lo que habrá".

Xosé Ramón Nóvoa, sociólogo y portavoz de la plataforma Alvedro Vuela más Alto, convenció a varios amigos para apuntarse a la misma sesión y comentaba las "grandes posibilidades" que se le abren al lugar como polo de empresas tecnológicas. A este sector quiere pertenecer Tirso Varela, un joven que hace el doctorado en Computación de la UDC. Ángeles Rodeiro, que iba con él, alababa el proyecto y comparaba la estructura parecida a una ciudad que no se imaginaba como era con el diseño de urbes europeas y norteamericanas concebidas para alojar a trabajadores de grandes compañías.

En el grupo anterior, el de las 10.00 horas, varias mujeres tuvieron que secarse las lágrimas cuando desde el exterior vieron las aulas vacías y polvorientas donde cuando eran niñas estudiaban EGB o el salón de actos en que había proyecciones de cine y se daban misas. Emociones parecidas sintieron un estudiante de FP y un antiguo empleado que recordaba qué usos tenía cada nave y explicaba a otros visitantes para qué se utilizaban distintas piezas de maquinaria. Los asistentes se marcharon sorprendidos de la vieja fábrica de armas, lo que será en los próximos años la Ciudad de las TIC, pero lamentaron no haber contado en la visita con las explicaciones de algún antiguo trabajador que le's pudiera explicar con más detalle qué se hacía en cada instalación y para qué servían las máquinas. En vista de la expectación creada por esta apertura de puertas en Pedralonga, la UDC, concesionaria de parte de los terrenos de Defensa desde febrero, organiza otras cuatro tandas el próximo viernes 16, para las que se podrá apuntar a partir del lunes en el enlace ticketing.coruna.eu/concello/citic2.