Los tres hijos de Judite Martins, la mujer que murió degollada en julio de 2018 en su piso de la calle de la Estrella, rechazaron ayer el argumento de la defensa del acusado del crimen, Ramón S.G., de que ella quisiera suicidarse. "Si hubiera tenido intención de matarse lo habría hecho", manifestó Francisco José, uno de los hijos, quienes reconocieron que su madre les informó de que padecía un cáncer terminal, aunque en realidad era una depresión, pero que también su marido decía que la sufría y que ambos se negaron a recibir los tratamientos médicos que les ofrecieron.

Cuando tras el crimen una dotación del 061 llegó al domicilio, el acusado dijo al médico que la víctima estaba enferma de cáncer, según reveló ayer el sanitario que participó en esa intervención. Ramón S. G. detalló ayer durante la vista que se sigue contra él en la Audiencia Provincial cómo llevó a cabo el crimen y explicó que su mujer se sentó en la cama con un cuchillo en las manos que después cogió él. Se lo puso en el cuello y ella puso sus manos sobre las de él para guiarle, según señaló, y "el cuchillo bajó solo" cortándole la arteria carótida, lo que le causó la muerte.

"Yo no la maté, solo hice lo que ella quería que hiciera", declaró para exculparse de la acusación de asesinato que pende sobre él. No me arrepiento", dijo sobre su actuación, a lo que añadió que intentó evitar que se suicidara hasta que no lo soportó más. También negó que la ayudara a morir por dinero en referencia a que un año antes cambió los beneficiarios del plan de pensiones que mantenía para que él y su madre recibieran los 4.500 euros que se entregarían en caso de que ella falleciera.

Durante el interrogatorio, afirmó que su mujer le dijo que sufría un cáncer óseo y que esta dolencia le obligó en 2017 a dejar su trabajo en el sector hostelero, así como que él lo hizo en abril de 2018 para cuidarla y que ella se negaba a acudir al médico para tratarse. Cuando le dijo que quería matarse le dijo que él también lo haría "para ver si se le quitaba de la cabeza" y añadió que no lo hizo porque en ese caso "habrían dicho que era violencia machista".

Sin embargo, negó haber dicho a otras personas, como su cuñada Paula, que él también estaba enfermo, aunque ella lo ratificó. También puso de relieve que Judite le pidió a la hija de su hermana una dosis de droga para suicidarse, aspecto que admitió Paula, aunque esta consideró que ella estaba "sin duda sometida por él". Ramón aseguró que, además del intento de suicidio que su mujer cometió una semana antes de su muerte haciéndose cortes en los brazos, hubo otras dos tentativas, una inyectándose una droga y otra intentando arrojarse en los acantilados de la Torre de Hércules.

La relación entre el matrimonio y los hijos de ella, además del carácter de ambos, centraron buena parte de las preguntas efectuadas por las acusaciones y la defensa.

Todos los testigos declararon que el acusado mostraba una actitud cordial hacia su mujer en presencia de otras personas, tanto los hijos y la hermana de ella como los hermanos de él, el dueño y el camarero del bar situado en el bajo de su edificio. Pero los descendientes de ella aseguraron que nunca pudieron hablar con ella a solas desde que se casó con él y que se inmiscuía en sus conversaciones telefónicas.

Uno de ellos, Jonathan, declaró que el acusado le confesó borracho el día de la boda con Judite que le había sido infiel y ella le había perdonado, a lo que añadió que se comportaba con ella con "prepotencia y control". También afirmó que sus padres se divorciaron a causa de la relación de ella con Ramón un año antes de su boda y que a partir de que se casaron se distanció de sus hijos por culpa de él.

Refirió además que la víctima "era débil psicológicamente" porque durante había sido maltratada durante su infancia por su madre y que comenzó a beber desde que conoció al acusado. "Este hombre nos ha hundido la vida dos veces", proclamó entre sollozos.

La hermana de Judite confirmó que ella bebía desde su matrimonio con Ramón y que había caído en un estado depresivo. "Para mí no era ella", comentó sobre su carácter. El dueño del restaurante que ocupa el bajo del edificio donde vivía la pareja explicó que la fallecida tenía "mucho carácter pero era una buena persona", mientras que manifestó haber tenido problemas con Ramón por su "carácter complicado". No tuvo reparos en calificarle de "mala persona" y "agresivo" y de culparle de altercados en el local por los que se negó a atenderle allí durante una larga temporada".

Pero Yolanda, una de las hermanas de Ramón, indicó que Judite le dijo que no tenía relación con sus hijos y que estos no la creyeron cuando les informó de que tenía cáncer. También calificó a su hermano de "demasiado tranquilo", mientras que la otra hermana, Olatz, le definió como "supercariñoso y supertranquilo".