Profesores y familias de alumnos del colegio Ramón de la Sagra volvieron a concentrarse ayer frente al centro, como cada viernes, para exigir a la Xunta un protocolo seguro anti-Covid-19. "No hay distancia entre las mesas de los alumnos, no hay desdobles, no hay sitio para hacer Educación Física si llueve, no hay suficientes baños y han reducido el número de profesores", exponen los padres y madres de los estudiantes.

Para conseguir avances, han enviado una carta a la Consellería de Educación en la que detallan las carencias del colegio. "Sabemos que el equipo docente lleva desde julio enviando las mismas cuestiones, pero no hay respuesta", señala Lucía Fernández, una de las madres afectadas, que reivindica que el "colegio son más que contenidos".

Las familias protestan porque "no puede ser que haya un solo baño para 150 niños, que no haya espacio para hacer deporte y que si llueve los niños tengan que estar cinco horas seguidas en clase". Fernández recuerda que apenas hay distancia de seguridad entre las mesas, aunque la Xunta insiste en que en Infantil y Primaria el protocolo establece "grupos de convivencia estable".

Bajo el lema Venres negro, las familias y los estudiantes siguen "en lucha", como ellos mismos anuncian. "No pensaron en los niños en el confinamiento y tampoco cuando tuvieron que volver a clase", denuncia Lucía Fernández, que defiende que "hay muchas formas de hacer las cosas y les corresponde a los políticos buscarlas". "Los que están perdiendo son los niños", concluye.