El Festival Intersección ofrece en A Coruña, por tercer año consecutivo, un espacio de encuentro para los aficionados del videoarte y un escaparate para los artistas. Creadores gallegos, portugueses y croatas compartirán su trabajo e ideas en la Fundación Luis Seoane y la Normal entre los días 28 de octubre y 1 de noviembre. Su director, Gonzalo Veloso, ultima los detalles de su edición más consolidada.

¿Cuáles serán las claves de esta edición, que llega más asentada con respecto al formato?

Intentamos mantener el formato presencial, pero conjugándolo con contenidos en streaming. Hubo una gran reducción de aforo, así que está interesante que los coloquios y las mesas redondas lleguen a más lugares del mundo. El festival está cambiando, creciendo pese a la pandemia y las complicaciones que hay. Vivir en tiempos de pandemia es difícil, pero organizar un festival supone, entre otras cosas, vuelos cancelados cada día.

Lo viven un poco al día.

Sí, pero vamos avanzando. A pesar de las complicaciones que hay y algunos recortes, estamos manteniendo los apoyos e incluso aumentándolos, tenemos el apoyo del Ministerio de Cultura, apoyos internacionales de la Eurorregión con Portugal, estamos ganando apoyos que nos parecen importantes, que nos ayudan a consolidar el evento, aunque estamos lejos de lo que podría ser una economía razonable, nos estamos expandiendo. Este año tenemos las secciones Contemporánea y Escolas, que nace dedicada a artistas estudiantes, en formación. Contemporánea surge de la colaboración con la Asociación profesional de Galerías de Galicia, hay artistas con mayor recorrido y menor. Es una edición bastante heterogénea, mezclamos lenguajes, discursos, estéticas, edades. Es un año interesante por la mezcolanza que hay.

¿Sopesaron cancelar ante las circunstancias?

Hasta el último momento estuvimos esperando a ver si se podían solucionar algunas restricciones. Se nos cayó Reino Unido, pero Croacia se mantiene. En algún momento planteamos cancelarlo o pasarlo al online. Yo este año quería apostar por lo físico, por lo presencial, y quería mantenerlo. Ellos tenían ganas de venir porque sucede que estos países que tuvieron una cuarentena algo larga tenían ganas de salir también de la burbuja, a un encuentro cultural en el que hay garantías de seguridad y puedes compartir la creación artística. Estamos en contacto con HAVC, que es como el instituto audiovisual en Croacia, tenemos la suerte de que nuestro interlocutor habla español, lo que ayudó mucho en estos tiempos convulsos. Al final no solo no se canceló, salió reforzado.

Es curiosa la presencia del género croata. No es un país del que se suela hablar en los circuitos culturales independientes.

Exacto. Generalmente países como Francia, Alemania, Reino Unido son los que están más presentes. Yo conozco la zona del Este en cuanto a arte, son países que tienen una tradición potentísima y un nivel creativo alto, pero como son países más humildes con menos capacidad de promoción, pasan más desapercibidos. Nosotros como gallegos también estamos en una zona periférica dentro del Estado, me parecía importante compartir lo que se hace en algunos países menos visibles. En vez de ir a lo mainstream, quisimos aprovechar y echar el proyecto para adelante. Es una retrospectiva de la creación audiovisual en Croacia, desde los 50 hasta los últimos años. Tenemos artistas y comisarios de primer nivel compartiendo su trabajo, es casi un regalo.

El de Tatiana Maceda es uno de los grandes nombres de la edición.

A mí no me gusta mucho destacar uno de los focos sobre otros. Tatiana Maceda es un nombre propio, tiene prestigio en circuitos de arte contemporáneo. Trabaja en líneas de poscolonialismo, temas de identidad, la frontera entre el cine y el arte contemporáneo? Nos parecía una figura interesante a la que poner en valor en el festival. Este año, igual que Croacia, es una apuesta por algo menos conocido para el gran público. Ella impartirá una masterclass, que también es una forma de dar a conocer su trabajo.

En el festival tiene gran peso la parte formativa.

Yo creo que sí. No queremos ser solo un festival que solo exhiba contenido, pero es importante trabajar en segundo plano y generar espacios de encuentro profesional para que surjan nuevos proyectos y nazcan los profesionales de diversos lugares, en Galicia, Portugal, o Croacia. Este año en colaboración con la Euroregión Galicia-Norte de Portugal preparamos un Encontro de profesionais das Artes, en el que invitamos a agentes culturales: programadores, artistas, comisarios, de Galicia y Portugal, para que tuvieran la oportunidad de encontrarse. Nos parecía interesante, porque, aunque siempre hay entre sesión y sesión un momento para charlar y compartir información, nos parecía interesante generar un evento como tal, con el encuentro como objetivo. Apostamos por ese tipo de contenidos porque nos parece que son los que ayudan a tejer redes profesionales, que dan un poco de sentido a lo que hacemos y no quede en una mera exhibición de proyecciones.

Siguen apostando por los creadores locales a pesar de ir creciendo con el tiempo. ¿Es una de sus señas?

Si no apostamos por lo local, estamos muertos, somos inservibles. Cuando traemos contenidos y artistas de fuera, también lo hacemos para que los artistas gallegos tengan acceso a ellos, para que se contagien de los discursos, las estéticas de otros lugares. Por eso intentamos que sea gente top, con discursos destacables, para que sirvan como referente. No con la idea de que aprenda nadie nada, sino para que haya conexión y confluencia. En un contexto en el que están cerrando los museos, como el Macuf, nos parecía interesante dar la posibilidad a los artistas gallegos a que muestren sus trabajos.