Los promotores del polígono residencial de San Pedro de Visma, que se tramita desde hace casi veinte años, ultiman en la actualidad los trámites previos a la presentación del proyecto de urbanización de esta actuación, que ocupa una superficie de casi 400.000 metros cuadrados y en la que el plan general autoriza la construcción de unas 3.000 viviendas.

Los propietarios del suelo, entre los que figuran desde residentes tradicionales en la zona hasta empresas inmobiliarias como Metrovacesa, están llevando a cabo en la actualidad la inscripción en el Registro de la Propiedad de las nuevas parcelas creadas en el polígono tras el proceso de reparcelación realizado para otorgar a cada uno de ellos la edificabilidad que le corresponde.

Cuando concluya esa tramitación, la junta de compensación del polígono, que agrupa a todos los propietarios de suelo en el mismo, presentará al Concello el proyecto de urbanización del sector, ya que esos trabajos tendrán que ser costeados por ellos. Al desarrollarse mediante el sistema de compensación, los promotores son los responsables de construir los viales de lo que será un nuevo barrio de la ciudad, así como de costear la instalación de todos los servicios necesarios, como el suministro eléctrico y el alumbrado público, además del saneamiento y el abastecimiento de agua.

El Concello debe dar el visto bueno a ese proyecto antes de que se ponga en marcha y su ejecución requerirá de un tiempo prolongado debido al tamaño de esta iniciativa urbanística, que deberá estar terminada antes de que se inicie la construcción de viviendas, por lo que su disponibilidad en el mercado inmobiliario aún está lejana.

El plan parcial del polígono de San Pedro de Visma se aprobó en 2002, pero a lo largo de los años se introdujeron en el mismo varias modificaciones, la última de las cuales se efectuó en 2013. La ordenación establecida para esta zona autoriza edificios que en su mayoría alcanzarían entre once y trece alturas, mientras que otros tendrían entre ocho y dieciséis. El inmueble de mayor tamaño tendría veinte plantas.

Pero el Gobierno local todavía desconoce cuáles son los proyectos de edificación definitivos de los promotores, que deben dejar libre una cuarta parte del polígono para crear una franja de espacio verde que lo separe de la tercera ronda. Precisamente la proximidad de esta vía de comunicación fue el mayor atractivo de esta actuación urbanística cuando comenzó a gestarse, ya que proporcionará a los futuros residentes en el lugar una entrada y salida rápida de la ciudad, así como el desplazamiento a diferentes puntos de interés existentes a lo largo de la ronda.

Ese factor, junto con la fiebre edificatoria que vivió el sector inmobilario en los primeros años del siglo hizo que se disparasen las expectativas sobre el impacto que tendría este polígono en el mercado coruñés. Tras la aprobación del plan parcial, el volumen de viviendas que se estimó en 2004 para Visma llegó a las 3.500 y en esa misma fecha el Concello anunció que las obras habrían concluido en 2009.

Pero, lejos de iniciarse los trabajos en aquel momento, la crisis del sector inmobiliario no fue más que uno de los muchos problemas que aquejaron a esta iniciativa, en la que surgieron complicaciones como las derivadas del abundante número de propietarios existente y de las diferencias de intereses entre ellos, así como del surgimiento de imprevistos.

Entre ellos figuró la obligación de proteger el manantial conocido como Fuente de los Frailes, ya que era el punto de origen de la conducción que abasteció de agua a la ciudad desde el siglo XVIII a través del acueducto cuyos restos se encuentran en el paseo de los Puentes. Ante la imposibilidad de trasladar la construcción que protege la fuente, la Dirección Xeral de Patrimonio ordenó conservarlo en su ubicación original, por lo que fue necesario modificar el proyecto urbanístico.