La decisión del Gobierno local de implantar un carril bus en la calle Juan Flórez es un hito más en la historia de este tipo de viales específicos para el transporte público, de los que ya existieron experiencias en el pasado en A Coruña y sobre los que se diseñaron proyectos que no se llegaron a llevar a cabo.

El Gobierno local de PSOE y BNG fue el responsable en 2008 de poner en marcha la primera plataforma reservada para buses, taxis y bicicletas. El trazado de ese carril partía del punto donde Juan Flórez enlaza con Alfonso Molina y seguía las calles Federico Tapia, Rosalía de Castro, Francisco Mariño, plaza de Pontevedra, San Andrés y San Juan. Para separar el tramo de calzada por el discurría el transporte público, se instalaron unas barreras de plástico azules conocidas popularmente como aletas de tiburón.

La apertura de un corredor libre de obstáculos que recorría todo el Ensanche y la Pescadería hizo que los autobuses mejorasen de forma notable sus frecuencias de paso, según informó la Compañía de Tranvías, que siempre defendió la conveniencia de este sistema para la mejora del servicio. Pero desde el primer momento el carril bus tuvo enemigos entre los comerciantes del Ensanche, quienes se quejaron de que la supresión de aparcamientos que había causado la instalación del vial había perjudicado gravemente a sus negocios.

El Partido Popular se erigió en defensor de quienes se consideraron agraviados por el carril bus y abogó desde el primer momento por su eliminación. La llegada de esta formación al Gobierno local en 2011 se tradujo casi de inmediato en la adopción de esa medida y en la sustitución del carril bus por la Vía Prioritaria Vigilada, un sistema que consistía en la instalación de cámaras en el mismo recorrido de Juan Flórez a San Juan para multar a los vehículos que interrumpieran el paso de los buses.

La identificación de las calles en las que se implantó esta regulación se efectuó mediante líneas de color naranja en la calzada. Además de al trazado del desaparecido carril bus, se extendió a la entonces avenida del General Sanjurjo tras el derribo de la mediana que había construido el anterior Gobierno local, aunque en esa vía no llegaron a instalarse cámaras de vigilancia.

Vías Prioritarias Vigiladas

El Ejecutivo del PP elaboró además un Plan de Movilidad Urbana Sostenible en el que se incluía la Red Urbana Eficiente, que agrupaba a las Vías Prioritarias Vigiladas existentes y las que se pretendían crear en las rondas de Outeiro y Nelle, avenida de Arteixo, Manuel Murguía, Juan Flórez y avenida de Gran Canaria, aunque no llegaron a materializarse, al igual que el carril preferente para el transporte público en Alfonso Molina.

El bipartito de socialistas y nacionalistas encargó a la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona la confección de un Plan de Movilidad y Espacio Público que nunca llegó a entrar en vigor. A la llegada de Marea Atlántica al Gobierno local, se encargó a esa misma entidad el Plan Metropolitano del Transporte Público Colectivo y el Plan de Integración de Redes de Transporte, que proponían la creación de plataformas reservadas para el bus y el taxi en Juan Flórez, San Andrés, ronda de Outeiro y Alfonso Molina.

En el primer caso se trataba de un carril de solo 550 metros, ya que concluiría donde Juan Flórez pasa a tener dos niveles en su calzada, y además sería de salida, cuando el Gobierno local defiende implantarlo ahora en sentido de entrada y a lo largo de toda la calle. En San Andrés tendría una longitud de 660 metros en los dos sentidos y comprendería la plaza de Pontevedra, mientras que en ronda de Outeiro su longitud sería de 2.200 metros en ambos sentidos, aunque fragmentado en tres sectores: Os Rosales-Pavo Real, avenida de Fisterra-San Cristóbal y Pérez Ardá-avenida de Oza.

Para Alfonso Molina se proyectó un carril de solo 500 metros de longitud y dos direcciones que partiría de Linares Rivas y llegaría hasta la altura de la estación de autobuses que, al igual que los anteriores, no llegó a ponerse en marcha.