El acusado de agredir a dos hombres en A Coruña en mayo de 2016 reconoció haber propinado a las víctimas un golpe a cada uno en la cara, pero declaró ante los jueces de la sección primera de la Audiencia Provincial que ambos "le increparon" e intentaron agredirle. La Fiscalía pide nueve años y veinte meses de cárcel en su escrito de acusación.

En su declaración, el procesado insistió en que ambos hombres lo "acorralaron". "Intentaba hablar con ellos todo el rato, les golpeé para defenderme", explicó, negando que pudiera pensar que los puñetazos pudieran causar a uno de ellos graves lesiones que le obligan a moverse en una silla de ruedas.

Según su testimonio, la "única explicación" para las consecuencias del golpe es que "trabajo en la construcción y tengo bastante fuerza en los brazos y en la espalda" y reconoció que, aunque no estaba "borracho", sí que había bebido alcohol en las horas previas a los hechos, en la calle Socorro de la ciudad.

Las dos víctimas afirmaron en el juicio que no recuerdan "nada" de los hechos. Uno de ellos señaló cómo, a consecuencia del golpe, tuvo un "derrame líquido cerebral" que le dejó en silla de ruedas, de la que solo se levanta para caminar "un poco, de manera terapéutica ayudado de una persona". Tiene reconocida, según el escrito de acusación, una incapacidad del 80%.

Versiones distintas

La pareja de una de las víctimas relató que el acusado estaba "alterado" y "gritaba" y que las víctimas tuvieron actitud "conciliadora en todo momento". Según su testimonio, el procesado "se dio la vuelta para irse" pero finalmente les propinó los puñetazos. Añadió que el procesado no estaba "acorralado".

La otra pareja, que admitió estar más alejada del lugar de los hechos, afirmó que la conversación estaba "calmada" y que no pasaba "nada grave" cuando se acercó, que el acusado parecía que se marchaba, pero "se dio la vuelta y les pegó". Otro testigo ratificó que el hombre "fue directamente a por ellos" y, después, "salió corriendo".

Por el contrario, el dueño del local frente al que se sucedieron los hechos explicó cómo salió a la calle al escuchar "una pelea". Según testificó, el hombre "les pedía perdón" y "caminaba hacia atrás" mientras que las víctimas "insistían en querer agredirle" y otra persona intentaba "interceder". Reconoce que el procesado dio dos puñetazos y las víctimas se "desplomaron".

El Ministerio Público solicita en su escrito de acusación 644 euros de indemnización para una de las víctimas y 351.042,01 para la otra. El abogado del acusado defendió que este asumiría la primera cuantía, pero alegó que no puede hacer frente a la otra porque, dijo, su familia depende económicamente de su trabajo.