La campaña municipal contra la doble fila desarrollada a partir de octubre tuvo una incidencia decisiva sobre el número total de multas impuestas por la Policía Local durante el año pasado, ya que evitó que el descenso experimentado fuera mayor. Frente a las 105.741 sanciones formuladas en 2018, durante 2019 se contabilizaron 84.497, cantidad que supone una caída del 20%. A pesar de que las de la avenida de la Marina y las de la ORA descendieron de forma importante, el resto de las sanciones aumentaron un 5,8%, con 1.745 más que el año anterior.

La rebaja fue especialmente notable en las multas por atravesar la avenida de la Marina, que disminuyeron un 31,5% y se situaron a pesar de todo en 14.303, aunque también las de la ORA tuvieron un comportamiento muy parecido, ya que descendieron un 28% para quedarse en 40.250. La Empresa Municipal de Vivenda, Servizos e Actividades (Emvsa,) encargada de cobrar las multas de tráfico durante la fase de pago voluntario, atribuye a la "concienciación ciudadana" sobre el cumplimiento de la normativa de la ORA y no hace mención al espectacular incremento en el número de sanciones que produjo en 2016 la decisión del Gobierno local de Marea Atlántica de empezar a tramitar el cobro de estas multas, que hasta entonces no se efectuaba.

Para Manuel Freire, presidente de la Asociación Profesional de la Policía Local de A Coruña, la campaña que puso en marcha el Concello a finales del año pasado para evitar la práctica de la doble fila está detrás del incremento en las sanciones no incluidas en la ORA y la Marina "casi con total seguridad".

La campaña tenía como objetivo concienciar a los conductores sobre los efectos negativos para la circulación del estacionamiento incorrecto y se desarrolló en las calles de la ciudad más afectadas por este problema, en las que los agentes municipales sancionaron a numerosos conductores durante varias semanas, según los datos proporcionados por el Concello.

Sobre la avenida de la Marina, Freire explica que en cuanto comenzaron a llegar las notificaciones de las multas a los infractores, se corrió la voz entre los conductores y se apreció una disminución de tráfico en la zona. Aunque el número de sanciones todavía es muy elevado, cree necesario analizar cuántas de ellas corresponden a los primeros meses del año, porque considera que con el paso del tiempo las infracciones han ido descendiendo. "Ahora es muy difícil encontrar por allí a alguien que se meta despistado", comenta.

En cuanto a la procedencia de los conductores que circulan por ese lugar haciendo caso omiso de las señales de tráfico que lo prohíben, el portavoz de la asociación policial afirma que la mayoría de ellos se dirigen al hospital Abente y Lago y que llegan a la ciudad desde la comarca de Bergantiños, por lo que acceden a través de la avenida de Arteixo y al llegar a la plaza de Ourense enfilan hacia los Cantones y llegan a la Marina, ya que era su ruta habitual antes de que se peatonalizara ese último espacio.

A esto hay que añadir que los policías locales constatan que numerosas personas desconocen el significado de la señal de prohibido circular que está colocada en ambos extremos de la zona de la Marina-O Parrote, lo que les lleva a rebasarla. Freire resalta que la imposibilidad de torcer en la plaza de Ourense hacia la avenida do Porto hace que muchas personas giren hacia los Cantones para llegar al hospital y que una vez allí su desconocimiento de las vías alternativas a la Marina les fuerza a seguir por esa avenida y enfrentarse a las sanciones, por lo que estima necesario resolver el problema.

Para evitar esa situación, Freire detalla que los conductores procedentes de la avenida de Arteixo deben girar en Juan Flórez para luego hacerlo nuevamente en Marcial del Adalid, lo que les permite llegar a Linares Rivas y en plaza de Ourense desviarse hacia avenida do Porto para acceder al túnel de O Parrote, por el que pueden alcanzar el Abente y Lago.

Las multas de la avenida de la Marina son impuestas gracias a las cámaras de tráfico instaladas en abril de 2017 en los puntos de acceso, que evitaron la presencia continua de agentes de policía en el lugar para impedir el paso de los vehículos no autorizados.

Desde el momento en que esos aparatos entraron en funcionamiento, el número de sanciones se disparó, hasta el punto de que en su primera año de servicio alcanzaron las 36.187. Al año siguiente estas multas descendieron hasta las 22.220, pero aún supusieron el 44,6% de todas las presentadas, que fueron 49.791.

Un comportamiento similar tuvo la decisión municipal, adoptada en 2016, de cobrar las multas por no abonar las tarifas de la ORA o sobrepasar el tiempo autorizado, que hasta entonces no se tramitaban. Esa iniciativa está detrás del importantísimo aumento que se produjo a partir de ese momento en el número de sanciones de tráfico, ya que de las 32.563 impuestas en 2015 se pasó a las 47.301 de 2016, pero todavía más notable fue el crecimiento en 2017, ya que casi triplicó la cantidad anterior al situarse en 136.246 multas.

A partir de ese año comenzó un descenso que volvió a repetirse en 2019 y que seguramente será mucho mayor en 2020 a causa de la fuerte reducción del tráfico ocurrida durante el estado de alarma motivado por la pandemia.