El cineasta Manuel Lógar dirige el Cormorán Film Fest, que trae a la ciudad, por segunda vez, una cuidada selección de producciones internacionales de autor. Muchas de ellas se estrenan en España sobre las tablas del Teatro Colón desde mañana hasta el sábado.

Este festival trae, a pesar de ser pequeño, una programación que no se ha estrenado en el país. ¿Es la primicia su valor diferencial?

Sí, es lo que buscamos. En A Coruña hay un festival muy importante en el cine experimental que es el S8. No queremos competir con ellos, nos parece un festival genial, queríamos cubrir un nicho un poco orientado a gente como nosotros. Yo soy documentalista y conozco el sector, y trabajo en el mundo del cine y me gusta este tipo de cine, pero me gustaría que hubiese un festival que ensanchase un poco la manga y entrase todo tipo de gente, que no fuese tan periférico. Hay muchas formas de contar una historia, formas más experimentales, más documental, más ficción o más comerciales, pero al final el objetivo es que cuenten historias, que hablen de lo que ocurre en el mundo, de las emociones, del comportamiento de la sociedad.

Es su segunda edición. A pesar de las condiciones del momento, ¿piensan que llegan más asentados como cita?

Sí, totalmente. Al ser en el teatro, ha sido un cambio grande. la gente se ha enterado más, han visto que es un festival más serio, no tanto algo académico sino más para la ciudad. La edición anterior fue en el espacio Normal, y los conciertos eran en la sala Mardi Gras, aunque este año no pudieron hacerse. Seguimos luchando para hacerlo de un modo u otro. Pasar del Normal al teatro nos abre un poco la puerta. Ha sido más fácil llegar a la gente, este año la dificultad es que la gente se entere de que no se ha cancelado. A veces, al ser aforos pequeños, lo que ocurre es que la gente ya no intenta ir.

El Teatro Colón les ha hecho ganar en visibilidad.

Sí, queremos dar esa idea de festival para todo el mundo, por eso también lo hacemos gratuito, para que la gente vea el cine de autor que se hace en el resto del mundo y cómo a la vez existe un diálogo con el cine que se hace aquí en Galicia. El cine en Galicia está teniendo una tirada fuertísima.

Prescindieron de la parte musical. ¿Desvirtúa la idea inicial del festival?

Completamente. La idea era buscar que fuese una conversación cultural, entre cine, música y charlas, nuestro objetivo era ser un festival de dos fines de semana en el que se diese ese diálogo. Este año, dadas las circunstancias, fue complicado.

¿Qué destaca de la programación de esta segunda edición?

Está Drama Girl, el viernes a las 18.00. Es una película que viene por primera vez a España, y ha ganado en Rotterdam. Tiene un mecanismo narrativo de cine muy interesante: coge las emociones de una persona y las recrea en actuaciones, hace una película a través de los recuerdos de una persona. Es interesante ver cómo a esa persona misma le afecta reactuarlos. Lúa Vermella, de Lois Patiño parece una película necesaria para ver, es el preestreno antes de su llegada a salas. Show dancer es un documental que traemos en primicia a España, el viernes a las 20.00 horas.