Dos excavadoras comenzaron ayer a levantar en la playa de Riazor la duna que todos los inviernos protege el paseo marítimo del oleaje causado por los temporales, con el fin de evitar que quede cortado al paso de los peatones y los vehículos. La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, explicó ayer que los trabajos tienen una duración estimada de cinco días y destacó que por primera los realizará la empresa FCC tras haber ganado el concurso de la limpieza viaria.

La actuación incluye además un estudio realizado por la empresa Aquatica para mejorar la efectividad de la duna, que tendrá una altura de 2,5 metros. Fontán admitió que habrá que reparar la barrera una o dos veces durante el invierno, como sucede todos los años y que esta intervención se repite desde 1995, año en que un temporal derribó la balaustrada del paseo marítimo. La coincidencia de temporales del noroeste con mareas vivas, que se produce unas tres veces cada invierno, es el momento de mayor peligro en la ensenada del Orzán.