El demandado centro de salud de Santa Lucía, que vendría a sustituir a la instalación sanitaria a la que acuden vecinos de A Falperra y parte del Ensanche en la calle Federico Tapia, no estará listo para entrar en servicio al menos hasta 2023. Esta es la estimación que tiene en mente el Ayuntamiento, según trasladaron la semana pasada los responsables de las áreas de Urbanismo y Mercados a una delegación de la entidad vecinal de A Falperra. El proyecto de su construcción en el edificio del actual mercado de Santa Lucía lo adjudicará el Concello y su diseño en dos alturas cuenta con la aprobación de la Consellería de Sanidade, que no obstante mantendrá próximos encuentros con los responsables municipales para abordar el desarrollo del futuro centro de salud.

Aunque el Concello ha transmitido a los vecinos su previsión de plazos, prefiere ser cauto públicamente. Lo que les ha enseñado son planos de las plantas y espacios del edificio en el que se integrarán el centro de salud en dos alturas, el mercado en el nivel inferior con pocos puestos y el centro cívico del barrio en la parte trasera, en una disposición de áreas negociada con la Xunta en los últimos meses para avanzar en el proyecto.

Por delante a partir de ahora queda la licitación de la redacción del proyecto y su adjudicación, un paso que, según fuentes conocedoras del plan consultadas, podría durar hasta el verano del próximo año. Pasará otro año entero para que el proyecto del arquitecto que gane el concurso sea presentado y aprobado, y a finales del verano de 2022 podrían licitarse las obras, con lo cual los trabajos empezarían ya en 2023, año de elecciones municipales, sin conocerse en qué momento la nueva infraestructura entraría en funcionamiento.

Cuando la alcaldesa, Inés Rey, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, mantuvieron su primer encuentro institucional en julio de 2019, ambos destacaron que entre las dos administraciones habían logrado desbloquear el proyecto de Santa Lucía, concebido y anunciado durante el mandato del PP en A Coruña, antes de 2015, y atascado en el de Marea Atlántica por diferencias sobre el diseño entre el Concello y la Xunta. Ni Rey ni Feijóo dieron plazos entonces, dada la complejidad del desarrollo del proyecto.

Los vecinos de A Falperra han demandado en todo este tiempo a las administraciones local y autonómica que se pusieran de acuerdo y cuando ambas coinciden respecto a cómo deben convivir el mercado y el centro sanitario -según los planos, este con una superficie de unos 1.600 metros cuadrados- deben esperar a que el proceso cubra sus etapas con la previsión inicial de su materialización en 2023.

Hace casi un año, el Concello planteó a la Xunta una remodelación del edificio, partiendo de la solución dada en el mandato anterior por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto, diseñador original del inmueble en 1980, para habilitar su uso mixto como centro de salud y zona comercial en horizontal. El edificio anexo a tres alturas sería el espacio para los vecinos, con los que el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, se comprometió además a mejorar la urbanización de las calles que rodean el mercado y a acometer las reformas del inmueble en este mandato.

La Xunta, por su parte, reclamó 1.500 metros cuadrados para el ambulatorio y accesibilidad sencilla desde la calle. Cuando Marea gobernaba, Sanidade no aceptó la disposición del centro de salud en más de dos alturas que proponía Gallego Jorreto, lo que llevó al Ejecutivo local a proponer una ubicación alternativa en el mismo barrio de A Falperra u otra en el Paseo de los Puentes, junto al parque de Santa Margarita, para desarrollar el recinto en una sola planta, soluciones que la Xunta también rechazó.