El sonido del teléfono ha atemorizado a los dueños de las floristerías en los últimos días. Al otro lado de la línea, una nueva cancelación. "Las restricciones de la Xunta nos fastidiaron todo, nos cancelaron muchos encargos de gente de fuera que no iba a poder venir al cementerio", indica Juan Pablo Guillén, de la Floristería Guillén, frente a San Amaro.

"Ya había encargado las flores", pero muchas todavía descansan en los cubos con agua que se encuentra en el local. "Suele ser el día de más ventas y nada, ha estado muy tranquilo", reconoce.

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Más silencio que nunca por 'Difuntos' en A Coruña

Unos metros más allá, en la Floristería Marga, la sensación de impotencia es similar. "Esto es matarnos a plazos. Si nos quieren confinar, que lo hagan ya", manifiesta María Teresa Vázquez, que recuerda que ya lo pasaron mal "en el Día del Padre y de la Madre, porque estábamos en pleno confinamiento". Esperaba que Todos los Santos sirviese de empujón. "Esto nos iba a salvar el año, pero solo nos ha hundido más. Es terrible", confiesa esta florista, que lleva 25 años dedicándose a esta profesión: "Y en todo este tiempo no he vivido un 1 de noviembre como este".

Ambos aseguran que "parecía que la cosa iba bien", ya que a principios de la semana pasada, llegaron "muchos encargos". Ahora ponen todas sus esperanzas en la Navidad. "Pero yo ya no sé qué esperarme", asume Guillén, mientras que Vázquez espera "que todo mejore".