Las obras que desarrollarán los promotores del polígono de Someso, también conocido como del recinto ferial, pondrán fin al proceso de urbanización de este barrio ocho años después de que se ejecutaran las últimas. Los propietarios del suelo estaban obligados a efectuarlas, pero rehusaron hacerlo en nueve parcelas destinadas a convertirse en zonas verdes al considerar que ya habían cumplido con su obligación, por lo que se inició un pleito en el que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia dio el año pasado la razón al Concello, que aprobó el pasado día 21 la modificación del proyecto de urbanización presentado por los empresarios.

Ese proyecto está sometido ahora a un procedimiento de información pública durante el que los afectados podrán presentar alegaciones y se solicitarán informes a diferentes organismos. Una vez recibidos esos documentos y resueltas, las posibles reclamaciones el proyecto recibirá la aprobación definitiva y podrán comenzar los trabajos, que tendrán un coste estimado de 570.000 euros y se desarrollarán en un plazo máximo de once meses. La ejecución de estas obras permitirá acabar con el aspecto descuidado que presentan algunas zonas del barrio de Someso a causa de la paralización de la urbanización.

El plan parcial de Someso, fue aprobado en octubre de 2004 y preveía la construcción de 1.895 viviendas distribuidas en 17 inmuebles que tendrían ese mismo número de alturas y en los que únicamente habría 482 pisos de protección oficial. La construcción de un gran centro comercial, Espacio Coruña, sería uno de los ejes del barrio, ya que alrededor del mismo se situarían ocho torres. En 2009, cuando ya habían comenzado a manifestarse los efectos de la crisis inmobiliaria, Caixa Galicia anunció su intención de promover dos bloques de 33 plantas en sendas parcelas del polígono, pero ni estos inmuebles ni otros muchos de los proyectados iniciaron sus obras, ya que en la actualidad, además del complejo comercial solo están terminados seis edificios.

El Concello recepcionó en febrero de 2012 los últimos trabajos que se acometieron en el polígono, pero ya el año anterior los promotores, liderados por Antonio Fontenla trataron de defender en los tribunales que la urbanización estaba terminada, para lo que argumentaron que la avenida de la Universidad, vial incluido en ese proyecto, no solo estaba ejecutada sino que incluso estaba abierta al tráfico. La resolución de un juzgado de primera instancia concluyó que el polígono aún tenía nueve parcelas pendientes de urbanizar, pero los promotores justificaron su negativa a realizar los trabajos porque una parte eran terrenos en los que estaba prevista la construcción de aparcamientos subterráneos y carecían de autorización de los concesionarios de esas instalaciones para llevar a cabo las obras.

La disputa entre ambas partes tuvo uno de sus hitos en la orden dada por el Gobierno local de Marea Atlántica en 2016 a los promotores para que presentasen un nuevo proyecto de urbanización, aunque no cumplieron ese mandato. Los empresarios trataron de que el Concello admitiese la existencia de una recepción tácita de las obras con el fin de recuperar el aval que habían depositado, pero finalmente la sentencia del Superior de Galicia rechazó que pueda existir una recepción tácita de las obras por ser una figura ajena a la legislación y porque era imposible certificar la realización del proyecto.

Las nueve parcelas de Someso que finalmente se urbanizarán tienen una superficie total de 31.784 metros cuadrados, lo que supone la tercera parte de la destinada a uso público y el 14,26% del polígono. La presentación de solicitudes de licencia por parte de varios promotores para la construcción de edificios en Someso obligará a hacer compatible el proyecto de urbanización con esas actuaciones para evitar interferencias.

El proyecto presentado por los empresarios al Concello plantea la realización de los trabajos en siete fases, dos de las cuales tienen un tamaño mayor, por lo que a su vez se dividen en subfases, de forma que cada parte puede ser recepcionada de forma independiente por la administración municipal.

Uno de los problemas que tendrá que resolver el proyecto es que el terreno de siete de las nueve parcelas no se encuentra a la cota necesaria para que pueda ejecutarse la urbanización, por lo que habrá que efectuar rellenos en ellas. Esos trabajos se llevarán a cabo de forma inmediata en las parcelas edificables en cuyas proximidades los propietarios no hayan presentado todavía licencia para construir, mientras que en los terrenos adyacentes a otros en los que sí esté prevista la edificación a corto plazo, los rellenos se realizarán a medida que se ejecuten esas obras. Esa demora tiene por objetivo impedir que el vaciado necesario para construir los sótanos de los inmuebles afecte al relleno que debe acometerse en la parcela anexa.

La urbanización de estas últimas parcelas se llevará a cabo con una programación que permita que su conclusión coincida con el fin de la construcción de los edificios que se levantarán en sus inmediaciones, con el fin de que los futuros habitantes puedan hacer uso de las nuevas zonas verdes.