A Coruña tiene un hueco en el libro de Ignatius Farray, en el que recuerda que fue en el Colón donde participó en su primer bolo de Ilustres Ignorantes, con Javier Cansado, uno de sus ídolos. En Vive como un mendigo, baila como un rey, relata una anécdota de sus días en la ciudad. El día después del espectáculo el equipo salió a cenar y el cuerpo no le quiso lo que había cenado. El color rojizo del vómito asustó al humorista canario, que se lo contó a Cansado. Pero no era sangre, era pimentón. El del pulpo que se había metido ente pecho y espalda. Comenta Ignatius que nunca lo aclaró a su compañero, que debe pensar hoy en día que se recuperó milagrosamente de un desgarro en el esófago.