La centenaria joyería Lino bajará la persiana por jubilación "en un par de meses" y quien se asome estos días a su escaparate de la calle Real puede detenerse a leer un cartel que, a modo de despedida y reivindicación, proclama que "en cualquier capital europea se cuidan los locales tradicionales porque marcan la diferencia y dan identidad a la ciudad". La reflexión invita a mirar alrededor para conocer los nuevos caminos emprendidos en otras latitudes, más allá de la imprescindible protección de sus valiosos elementos arquitectónicos y ornamentales, para evitar la desaparición y sangría continua del comercio histórico y tradicional.

La falta de relevo generacional, el cambio de legislación respecto a los alquileres de renta antigua, los nuevos modos de compra y el avance de las franquicias ante locales situados en sitios estratégicos los han arrinconado y han hecho que se desvanezca parte de la historia de las ciudades, entre ellas A Coruña. En su día fueron la papelería Porvén de la Barrera o la antigua sede de la farmacia Villar, hoy le toca a la joyería Lino o a la Gran Antilla y mañana puede ser cualquiera de los pocos que quedan en un proceso que se ha acelerado. En España y en Portugal se empiezan a mover los concellos y los ayuntamientos mostrando opciones más intervencionistas.

Más allá de A Raia es donde más se apuesta por medidas complementarias de ayuda al comercio histórico. Todo empezó en 2015 con el proyecto Lojas com História, nacido en Lisboa y que se consiguió articular dos años después. Se aprobó entonces una partida de 250.000 euros para incentivos municipales directos a ese tipo de comercios para "conservación de fachadas y elementos decorativos", "restauración de equipamientos" del comercio, "iniciativas culturales" para la divulgación de la historia del establecimiento o "estudios de márketing y modelo de negocio". El objetivo era conservar los emplazamientos, ya fuese o no con usos tradicionales, en algunos casos centenarios. Todos los comercios presentaban su candidatura y los seleccionados eran incluidos en un inventario. Hoy en día la relación supera de manera amplia los 100 comercios, cada año se incorporan más e incluso se han convertido en un reclamo turístico.

El proyecto de Oporto, llamado Porto de Tradição, arrancó un año después y hoy está más que consolidado. La Cámara Municipal acaba de renovar hace unos meses el programa y, a pesar de la pandemia, le ha dotado de la misma partida que en el ejercicio anterior, 525.000 euros. Cada año se añaden más y más establecimientos. Hoy roza el centenar, en diferentes puntos de la ciudad, en un censo vivo.

Los usos que se le puede dar al dinero solicitado y concedido calcan, en gran parte de los puntos, el modelo lisboeta al apostar por la "restauración" de sus elementos distintivos, la "modernización y sostenibilidad" y la "actualización de las prácticas comerciales" para dinamizar su presencia en internet o redes sociales. El ayuntamiento aprueba los proyectos, abona las partidas en varios plazos y hace un seguimiento. A la convocatoria de 2020 no se podía presentar nadie que ya hubiera sido apoyado en los ejercicios anteriores.

Braga o Guimarães han copiado la idea, aunque la han adoptado de una manera más agresiva. El primero concede excepciones en el pago de impuestos municipales y el segundo, la congelación de alquileres durante cinco años.

En España empieza a haber cierta sensibilidad, en ese sentido, en ayuntamientos como Pamplona o San Sebastián. Aún se encuentran los cambios en estado embrionario. En Sevilla también se quiere hacer una catalogación y otorgar sello distintivo a la labor y la historia de estos establecimientos, pero son medidas de menor calado.

Medidas más sencillas

Mientras llegan decisiones de mayor profundidad en A Coruña, Manuel Pardo Fidalgo, propietario de la joyería Lino y que está a dos meses de su jubilación, apuesta por cuidar detalles como el adecentamiento de la vía, la limitación de la proliferación de andamios o la vigilancia de la venta ilegal delante de locales para hacer la experiencia de compra más agradable.